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Los españoles que trabajan fuera prefieren los países exóticos

Susana Hidalgo

ambul, vive Tomás Arrinaga, un español de 40 años que desde hace tres trabaja en Turquía. Él es ingeniero eléctrico y se dedica a “montar unidades en una refinería de producción de gasolina sin plomo”, explica por teléfono desde  Izmit. Tomás, que está casado con una turca, es inquieto y no para mucho por España. “Antes de estar en Turquía, viví en Egipto, Argentina e Italia”. A él le gusta  Turquía, no hay quejas: “Es un país seguro, la gente es hospitalaria y con los turcos tengo una comunicación perfecta. Algunos de mis compañeros de trabajo también se han casado con turcas”.  Otro ingeniero, Andrés González, realiza un trabajo similar en Arabia Saudí y Javier Bruggemann estuvo viviendo en 2002 en Egipto trabajando en el sector del gas. Lo hizo también por motivos de trabajo y porque le apetecía conocer un país que no  fuese  convencional.

Más de un millón y medio de españoles  residen en el extranjero, en una tendencia en la que, aunque aún pesa mucho residir en Europa (que aglutina el 56% de las ofertas del extranjero del último año) o América (el 23%), empiezan a asomar con fuerza otros destinos como China, Turquía o Emiratos Árabes Unidos.

El último informe de Infoempleo, editado por Círculo de Progreso, señala que  la dispersión geográfica del empleo en el extranjero favorece a países como Marruecos, que ha pasado de englobar del 7,1% al 9,4% del empleo en un año. Este país se sitúa en la segunda posición en el ranking de países que reclaman trabajadores españoles. En el primer puesto está Portugal, que aglutina el 18,62% de la oferta; en el tercero Francia (6,33%) y en  el cuarto México (6,05%).

Trabajo como funcionario

 “Marruecos fue mi último destino, estuve allí trabajando desde el año  2000 a 2003”, explica Ramón Iribarren, de 60 años, y que sabe de sobra lo que significa vivir fuera de España. Él está ahora en Madrid, como director general adjunto al presidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Pero antes, además de Marruecos, ha residido en Bolivia, de 1977 a 1983 y en Argentina, de 1993 a 1999.

“Siempre he trabajado fuera como funcionario y eso te da ventajas porque no es como irte a la aventura, sin saber lo que te puede pasar. Salían las convocatorias públicas de plazas en el extranjero y yo me presentaba. Me gusta estar fuera porque uno se siente muy cercano a la gente y siente que está haciendo algo útil,”, cuenta Irrigorren. Aún tiene ganas de más. “Me gustaría ir a algún país latinoamericano. Hay compañeros que prefieren destinos en países más desarrollados, pero yo huyo de las grandes ciudades”, señala. Para él, la familia es la que se lleva la peor parte de tanto cambio de residencia. “Cuando me fui a Argentina mis hijas eran adolescentes y no querían dejar España. Y luego no querían volverse de Buenos Aires. Se pasa mal a la ida y a la vuelta”, recuerda.

Ramón Iribarren tiene querencia por trabajar en Latinoamérica, pero los datos señalan que cada vez hay menos oferta de empleo para españoles desde países del otro lado del Atlántico: Ha pasado del 19,4% al 17,8%. Entre los descensos destaca países México, República Dominicana y Brasil.

En cambio, un destino como Emiratos Árabes Unidos, está al alza y ocupó el puesto número 11 en el último año en los países que ofrecieron trabajo a los españoles. En el anterior informe de Infoempleo, aparecía en el puesto 55. “En estos casos, suelen ser las empresas españolas las que van a realizar un proyecto en el extranjero y entonces ofrecen plazas, normalmente para ingenieros porque suelen ser planes de construcción. En realidad, es un empleo que se genera en España”, afirma Julio Ros, director de publicaciones de Infoempleo.

Javier Bruggemann, de 34 años, es consultor de Recursos Humanos y su empresa está buscando ahora mismo un  ingeniero para Emiratos Árabes Unidos. “Buscamos trabajadores para todo el Golfo Pérsico. El hecho de que en la zona se esté generando mucho empleo es porque el 40% de la inversion mundial del sector petroquímico está en esa zona”, afirma este hombre. Y añade otros motivos:  “En la zona del Golfo Pérsico la materia prima es muy barata, el gas cuesta un sexto más barato de lo que peude costar en Europa o Estados Unidos, y el cliente principal de los productos derivados del gas, son países que están cerca: India y China”.

Experiencia en Egipto

Bruggemann residió durante un año en Egipto, en 2002. Es ingeniero industrial. “Fui con un proyecto que incluía una pequeña estancia en Londres y luego una larga en Egipto”, explica desde Tarragona. “A nivel de trabajo, estás con gente de diferentes nacionalidades y el nivel de inglés  que tiene cada uno es un problema para comunicarse”, señala. En Egipto, dice, jamás pasó miedo. “En absoluto. Yo vivía en la localidad de Damietta, en el brazo más al este del río Nilo y nunca me pasó nada. Además, me moví libremente por Egipto sin ningún problema”, recuerda. Regresó en 2003 a Tarragona y asegura que no le costó adaptarse de nuevo a la vida española.

Desde Infoempleo, Ros señala que el mercado laboral que reclama españoles está cambiando, ya no es tan fácil leer en las páginas de oferta de empleo de los periódicos anuncios que reclaman médicos y enfermeras españolas para el resto de Europa. “Tradicionalmente, países como Suecia o Reino Unido han reclamado médicos españoles. Y aunque el sector sanitario se mantiene como el principal generador de expatriados, con un 12, 3% de la oferta, su participación ha disminuido en un 11%”. En la embajada sueca señalan que los motivos por los que ha descendido la demanda de médicos españoles es porque el profesional español ya está mejor pagado que antes y porque ya no sobran tantos especialistas en el sector sanitario como antes. Por eso, Suecia está acudiendo a buscar médicos a otros países europeos.

 

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