Este artículo se publicó hace 15 años.
Una exposición invita a redescubrir la obra y la vida de Terenci Moix
Incitar a los lectores a que vuelvan a leer a Terenci Moix. Este es el objetivo de la exposición "No digas que fue un sueño, Terenci", que desde hoy se puede contemplar en el Centro Cultural Blanquerna y que, a través de imágenes, objetos, libros y música, recorre la vida del escritor catalán.
Seis años después de su muerte, Terenci Moix vuelve a Madrid como una estrella de cine -como ésas a las que tanto veneró, como Terence Stamp, del que al parecer tomó prestado su nombre desde que le vio en "Teorema"- para mostrar sus mitos, obsesiones, colecciones y filias, los muchos libros que escribió y los grandes amigos que tuvo.
Todo un friso también de una parte de la historia de este país, la de un niño que nació en El Raval de Barcelona y cuya imaginación no conoció límites, alimentada desde su infancia con las largas sesiones de cine y NODO.
Así lo recordaban con nostalgia y ternura el comisario de la muestra, el escritor y amigo del autor Ignasi Riera, y el escritor y director de escena Pedro Villora, también amigo de Terenci: "Uno de sus ochenta amigos íntimos, como él decía", ha comentado Villora, que trabajó con él en "La Historia del cine".
La exposición, que estará abierta hasta el 5 de enero de 2010, aniversario del nacimiento de Terenci (Barcelona, 1942-2003), está planteada como si se desarrollara en una sala de cine de barrio, y tiene "cuatro patas o vectores para intentar entender a este personaje difícil de encerrar en una jaula", en palabras de Riera.
Por una parte, se proyecta en la sala, a la que hay que acceder por unas escaleras cubiertas con una alfombra roja, una película de una hora de duración con imágenes, algunas inéditas, de la vida del autor de "No digas que fue un sueño", novela con la que ganó el premio Planeta en 1986.
En esta película se incluyen también fragmentos de entrevistas y la última que concedió a Jesús Quintero, con un Terenci que se confiesa, ya maltrecho por la quimioterapia.
La exposición recoge la reproducción de todas las cubiertas de todos los libros de Terenci. Y lo más importante, todo un testimonio fotográfico de la vida de este autor, que mezcló como nadie la alta cultura con la cultura del cine y el cómic.
También están presentes las imágenes de sus primeros viajes, París, Roma, Londres, Grecia, su amado Egipto -él decía que había nacido en Alejandría-; fascímiles, portadas de cómics y ejemplares del TBO. "El amante de su madre era uno de los dibujantes del TBO", ha comentado Villora, quien ha recordado con humor cómo Terenci decía que su madre era una adúltera.
Y sus amigos y obsesiones, Nuria Espert, María Callas, el editor de Planeta, Lara; su hijo, Lara Bosch; Colita, la fotógrafa; Ginferrer; su gran amor, Eric Majó; Gil de Biedma, y un montón de amigos que dejan también su testimonio escrito.
Además, se ha editado un catálogo con textos de Maruja Torres, José María Castellet, Pere Gimferrer, Román Gubern, Boris Izaguirre, Elisenda Nadal, Sunsi Cros, J.M.Benet i Jornet y su hermana Ana María Moix, entre otros.
El homenaje a Moix se completa con un ciclo de tertulias que incluirán mesas redondas planteadas como encuentros de amigos y familiares.
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