Este artículo se publicó hace 13 años.
Fármaco oncológico podría prevenir la ceguera en prematuros
Por Gene Emery
Un nuevo estudio sugiere queel fármaco oncológico Avastin podría prevenir la ceguera en losbebés prematuros que nacen antes de que sus ojos esténdesarrollados.
En el mundo, hay unas 50.000 personas ciegas por esacondición, llamada retinopatía del prematuro, entre ellas elcantante Stevie Wonder.
El estudio, publicado en The New England Journal ofMedicine, demostró que una inyección de Avastin en los ojos deprematuros previno mejor la ceguera que la cirugía con láser,que es el tratamiento estandarizado cuando aparecen signos dela enfermedad.
Aun así, se necesitan más estudios para probar la seguridadde las inyecciones.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EstadosUnidos (FDA) aprobó Avastatin (de Genentech), o bevacizumab,para tratar varios cánceres, incluido el de colon conmetástasis.
Para tratar a los bebés hay que anestesiar los ojos einyectar este fármaco económico en cada ojo. Eso "demora unossegundos", dijo la doctora Helen Mintz-Hittner, del Centro deCiencias de la Salud de University of Texas en Houston.
En cambio, en la cirugía con láser se usan equiposespeciales y se usa sedación y un tubo de respiración.
El estudio incluyó a 150 prematuros, que al azar recibierontratamiento oftalmológico con Avastin o láser. Todos tenían undaño avanzado en la zona de la retina más próxima al nervioóptico, que transporta la información visual al cerebro.
El 6 por ciento de los 75 bebés tratados con Avastin yretinopatía en el área más próxima al nervio óptico sufrió unarecurrencia de la enfermedad, a diferencia del 42 por cientodel grupo tratado con láser.
Esos casos son los más difíciles. Por eso, las inyeccionesson "un verdadero avance", escribió el doctor James Reynolds,de la University of Buffalo en Nueva York, en un editorialsobre el estudio.
Mientras que la cirugía con láser destruye los vasos queirrigan la visión periférica, las inyecciones permiten quesigan creciendo hacia la retina periférica, concluyó el equipode Mintz-Hittner.
Los autores no pudieron evaluar la seguridad de lasinyecciones porque la cantidad de bebés era insuficiente. Elhecho de que el fármaco no tuviera efectos oculares adversos nosignifica que es seguro, aclaró Mintz-Hittner.
"El momento de la aplicación es crítico", apuntó.Adelantarse interferiría con el crecimiento de los vasossanguíneos, mientras que demorarse permitiría que avance eldaño en la retina.
FUENTE: New England Journal of Medicine, online 16 defebrero del 2011
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