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Cuando la ficción histórica se mezcla con el culebrón

En abril se estrenan en EEUU las series 'Camelot', 'Los Borgia' y 'Juego de Tronos'

 

JORGE YUSTA

El éxito en televisión se antoja siempre complicado. Por eso cuando un espacio atrae el favor del público, las productoras se lanzan a seguir esa estela para hacerse con parte del pastel.

Es lo que está sucediendo en los últimos años con las superproducciones de ficción histórica que se han instalado en la pequeña pantalla y que se consolidan con los estrenos en abril de Camelot, Los Borgia y Juego de Tronos. Las tres nacen con la intención de aprovechar el éxito de series como Los Tudor, Roma, Spartacus o Los Pilares de la Tierra.

'Hoy en día las productoras audiovisuales tienen claro que la televisión es su primer producto y como la audiencia se ha adaptado muy bien a este tipo de series se ha abierto un camino a seguir', afirma Ricardo Vaca, director de la consultora de audiencias Barlovento Comunicación.

Es más, Vaca augura que esta irrupción de series de corte historicista ha provocado que nos encontremos ante 'un cambio de estilo en la propia ficción televisiva'.

Pero a la hora de analizar las razones de esta buena acogida es difícil encontrar una respuesta unitaria. José Carlos Rueda e Hipólito Sanchís, profesores de Historia de la Universidad Complutense de Madrid y de la San Pablo-CEU respectivamente, coinciden en la importancia de reproducir tópicos y repetir componentes como las aventuras, la violencia, las intrigas políticas y el sexo. 'Estas series logran la identificación de la audiencia a través de las referencias comunitarias', expone Rueda.

Paradójicamente, esos elementos de éxito suelen chocar con la corrección histórica. Rueda explica que 'existen mecanismos de permisividad por los que se acepta la convivencia de elementos de épocas y espacios distintos sin que chirríen'. Sanchís va más allá y dice que 'una serie bien hecha desde un punto de vista histórico no tendría éxito'.

Las redes sociales son nuevas herramientas de distribución

Sin embargo, para Ricardo Vaca el éxito no depende tanto del contenido que ofrezca cada producto sino más de la cadena que decida emitirlo. Incluso, las redes sociales se ha convertido en un poderoso instrumento de distribución.

Camelot, Los Borgia y Juego de Tronos son los últimos ejemplos de este boom de las series históricas. El 1 de abril la cadena Starz de EEUU estrenó una nueva revisión de las leyendas artúricas. Con un presupuesto de 32 millones de dólares y un reparto encabezado por Joseph Fiennes y Eva Green, Camelot, que en España se verá en Antena 3, narra la lucha que mantendrá el joven Arturo con su hermanastra Morgana por heredar el trono del recién fallecido rey Uther.

Los orígenes históricos de Arturo siguen ofreciendo lagunas. Van desde un caballero britano del siglo V hasta la visión idealizada del rey de Camelot situado entre los siglos XII y XV. Precisamente ese agujero histórico, junto a los elementos mítico-religiosos que aporta Merlín, son para Sanchís los que han logrado que la leyenda artúrica se haya instalado en la tradición cinematográfica y televisiva.

Por su parte, Los Borgia, que en España estrenará Cuatro, hereda el estilo de Los Tudor. 'Coger lo que la historia tiene de culebrón y exagerarlo', resume Sanchís. Incluso comparten creador, el británico Michael Hirst (que también ha escrito Camelot). Estrenada el día 3 por Showtime, la serie expone los planes que urde el valenciano Rodrigo Borgia (Jeremy Irons) para convertirse en Papa y hacer de su familia la más grande de la cristiandad.

La última en ver la luz será Juego de Tronos, que HBO estrena en EEUU el 17 de abril, mientras que en España Canal + lo hará el 9 de mayo y posteriormente Antena 3. La serie adapta el primer libro de la saga de fantasía medieval de George R. R. Martin Canción de Hielo y Fuego.

La trama, basada históricamente en la guerra de las dos Rosas, avanza movida por la lucha de diversas casas reales por hacerse con el poder de los Siete Reinos. La evolución de los personajes, las maquinaciones políticas, los elementos fantásticos y las altas dosis de violencia y sexo dominan la historia de una serie que pretende convertirse en uno de los fenómenos de este año 2011.

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