Este artículo se publicó hace 14 años.
Final feliz al secuestro de 20 niños en una guardería por un desequilibrado
El secuestro hoy de veinte niños y una profesora en una guardería en Besançon, en el este de Francia, a manos de un adolescente con tendencias suicidas y armado con dos cuchillos, concluyó sin víctimas tras más de cuatro horas de angustia televisada en directo.
"El conjunto de los niños ha sido liberado, en compañía de la profesora. El secuestrador ha sido detenido por el Grupo de Intervención de la Policía Nacional" sin violencia, explicó al mediodía y desde las inmediaciones del centro el ministro de Educación, Luc Chatel, desplazado hasta el lugar de los hechos.
El suceso se inició hacia las 08.30 hora local (07.30 GMT) de la mañana, cuando un adolescente de 17 años con problemas psicológicos y conocido por la policía llegó armado con dos cuchillos a la guardería "Ile-de-France", a 8 kilómetros del centro de la localidad.
Allí tomó como rehenes a una clase con veinte alumnos de entre 4 y 6 años y a la profesora a su cargo.
Los responsables desalojaron el resto del centro educativo y las fuerzas del orden entablaron conexión telefónica con el perturbado.
Los agentes de la policía judicial consiguieron negociar para que fuera liberando uno a uno a catorce de los niños, que fueron atendidos en un célula de ayuda psicológica habilitada en las proximidades para ellos y para sus familias.
El secuestrador, que nunca llegó a amenazar "verdaderamente" a sus rehenes, llegó a confesar a sus interlocutores que tenía intención de suicidarse, explicó el ministro, que reveló que la policía decidió aprovechar la entrega del almuerzo para intervenir.
Cuando los agentes lograron entrar, en el momento en el que llevaban alimentos al aula, separaron al secuestrador de los niños aún cautivos y de la profesora y le detuvieron.
El captor no ofreció resistencia, destacó Chatel, quien subrayó que el sujeto sufría "problemas psicológicos".
La operación, calificada como un éxito por el ministro, tuvo un desenlace con final feliz gracias a la "sangre fría, profesionalismo y determinación" de los agentes, según las palabras del jefe del Estado, Nicolas Sarkozy, quien alabó tanto a la policía como a los militares y a la gendarmería.
En los alrededores de la guardería, adonde además de la policía se desplazaron agentes del cuerpo de bomberos y de los servicios de socorro, se congregaron medio centenar de vecinos y numerosos profesionales de los medios de comunicación, que informaron minuto a minuto del drama acontecido en esa localidad cercana a la frontera suiza.
"Esta mañana, una vecina vino a verme, temblando y llorando", relataba una de las personas reunidas en los alrededores del establecimiento educativo.
Su hijo "está escolarizado en el colegio de primaria, y no sabíamos cuál era el colegio donde se produjo la toma de rehenes", agregaba.
En las inmediaciones del colegio, la atmósfera era "horrible" y "triste", según la narración de los vecinos, que describían un "ambiente de niños en peligro y de personas traumatizadas que esperaban para saber lo que iba a pasar", añadía esa vecina, que constató que no se produjeron episodios de histeria.
El secuestro en la guardería fue un suceso extraño que hacía recordar el incidente que en 1993 vivió de cerca el propio Sarkozy.
Entonces, cuando el hoy presidente era alcalde de la exclusiva localidad de Neuilly-sur-Seine, a las afueras de París, un hombre secuestro a 21 niños en una guardería y exigió para liberarlos un rescate de 100 millones de francos de la época, que equivaldrían a unos 15 millones de los actuales euros.
En aquella ocasión, la policía también logró liberar sanos y salvos a los menores aunque para ello tuvo que matar al secuestrador, que se llamaba a sí mismo "hombre bomba".
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