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Forzados a rezar en el campo de fútbol de una plaza de Badalona

Las asociaciones de vecinos acusan al PP de 'encender la llama'

A. M. VIDAL / L. DEL POZO

'¿Cómo ves Badalona? ¿Hay una inmigración que sea legal?'. Con estas palabras abordaba a los vecinos de esta localidad de Barcelona el reportero de un vídeo electoral del Partido Popular para las últimas elecciones municipales. Uno de los entrevistados, hablando de los pisos patera, explicaba que con los inmigrantes habían aparecido 'ratas y cucarachas, lo que nunca había habido'. El vídeo criticaba también la 'propuesta estrella' de la alcaldesa de construir una nueva mezquita.

La propaganda fue acusada de xenófoba por distintos entornos, pero tuvo réditos electorales: el PP pasó de cinco a siete concejales.

Menos de dos años después, el PP de Badalona ha vuelto a la carga, esta vez ante el proyecto de apertura de un oratorio musulmán en el barrio de Artigues. La plaza de Camarón de la Isla de Badalona, frontera de los barrios de Sant Roc y Artigues, es la metáfora de este conflicto. En este espacio, los niños gitanos se arrancan a cantar flamenco o a jugar a fútbol en la pista descubierta que los viernes sirve de oratorio improvisado para los musulmanes del barrio. En Artigues, con fuertes tasas de desempleo y un 31% de inmigrantes, convive una amplia comunidad gitana con pakistaníes, marroquíes y ecuatorianos.

Los vecinos de la zona explican que los problemas de convivencia se limitan a las noches de viernes y sábados, pero aseguran que la relación entre estas comunidades es buena. 'España siempre ha sido un país de acogida y cuando llega una persona debe tener derecho a rezar sea cual sea su procedencia', opina Evaristo, de origen gallego.

'No entiendo que el PP se oponga al oratorio', dice Mohammed, un mauritano que vive en el barrio. 'Somos gente religiosa y, hoy en día, sólo podemos rezar en el campo de fútbol o en un garaje', lamenta. No le falta razón: en toda Badalona sólo hay un oratorio para musulmanes, situado en el barrio de Llefià. Los que no viven ahí, tienen que improvisar.

Las asociaciones de vecinos acusan al PP de 'encender la llama' y rechazan las tesis conservadoras que sostienen que el oratorio servirá para 'desvertebrar' una zona 'degradada'. El concejal de Ciudadanía y Convivencia de la ciudad, Josep Pera, opina igual que los vecinos. 'Si para algo sirve [el oratorio], es para aumentar la cohesión social', concluye.

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