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El Gobierno tailandés considera un acuerdo con los camisas rojas

Reuters

Responsables del Gobierno tailandés se reunieron el sábado para evaluar una propuesta de paz de decenas de miles de manifestantes que exigen la convocatoria de elecciones mediante una protesta callejera en Bangkok que lleva seis semanas y cada vez se ha vuelto más letal.

Los "camisas rojas", partidarios del derrocado primer ministro Thaksin Shinawatra, dijeron el viernes que podrán fin a su ocupación de tres semanas del distrito comercial de Bangkok si el Gobierno disuelve el Parlamento y anuncia elecciones en 30 días, y no inmediatamente como pedían antes.

Con el nuevo plazo, el Gobierno tendría entonces otros 60 días para realizar los comicios.

No estaba claro si el Gobierno del primer ministro Abhisit Vejjajiva, apoyado por el Ejército, accedería a ese calendario. Analistas dicen que se le están agotando las opciones tras semanas de disturbios por parte de manifestantes que han conseguido una clara ventaja.

"El Gobierno podría tener que aceptar un plazo de tres meses, pero esto no significa que eso vaya a reducir las tensiones", dijo Pitch Pongsawat, un politólogo de Chulalongkorn University. "No parece haber ningún control real sobre qué está pasando en las calles", agregó.

Abhisit y otros altos cargos del Gobierno se reunieron en una base militar para estudiar la oferta de los camisas rojas, tras negociaciones con los manifestantes en la tarde del viernes.

El portavoz del Gobierno Panitan Watanayagorn dijo que Abhisit espera que las negociaciones pongan fin al conflicto, pero ellas no deberían desarrollarse "bajo ningún tipo de presión o amenaza". El también criticó a los camisas rojas por lo que dijo eran exigencias cambiantes.

"Estamos abiertos a negociar. Pero las negociaciones no deben realizarse en un ambiente de amenazas con gente quebrantando la ley", dijo a Reuters.

Una serie de explosiones de granadas dejó el jueves una persona muerta y otras 88 heridas en el centro del distrito de negocios de Bangkok, en un ataque que el Gobierno atribuyó a los camisas rojas, pero ellos negaron ser los responsables.

El riesgo de nuevos hechos de violencia sigue siendo alto.

Decenas de miles de camisas rojas siguen parapetados en un campamento en el distrito de tiendas comerciales exclusivas en el centro de Bangkok, prometiendo permanecer en el lugar hasta que se disuelva el Parlamento y desafiando el estado de emergencia que prohíbe las grandes reuniones de manifestantes.

El Gobierno dice que la multitud incluye a "terroristas" dispuestos a usar la violencia para derrocar a la administración y a la monarquía y quiere perseguir a esos manifestantes no pacíficos.

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