Este artículo se publicó hace 16 años.
"He escrito como si el régimen postestalinista no existiera"
Ismail Kadaré. Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2009
Monsieur Kadaré responde al otro lado de la línea con la precaución de quien se sabe solicitado. Agradece la enhorabuena y se agarra a sus lecturas de juventud para explicar su literatura.
¿Cómo ha influido el régimen comunista en su obra?
No lo sé. Es una pregunta difícil. Al principio creía que vivía en un país como los demás. A los 12 años ya escribía pero no sabía lo que era la libertad social. Sólo después empecé a tener una idea de lo que significaba la libertad.
¿Cómo?
Quedé fascinado cuando descubrí la literatura ajena al régimen: Shakespeare, la literatura romántica alemana... En mi época de bachillerato comprendí que mi país era como todos los demás países comunistas. Después fui a Moscú, a los 22 años, donde comprendí que la enfermedad era global. Estudié en el instituto literario Gorki, que preparaba a autores dogmáticos del régimen, y ya era consciente de que era algo negativo.
¿Su pasión por Shakespeare explica ese interés suyo por las relaciones de poder?
Absolutamente. Me atraía mucho ese lado oscuro suyo que se contraponía al optimismo del realismo socialista. El primer precepto de la literatura socialista era precisamente un estado de felicidad Una atmósfera soleada. Por eso cuando publiqué mi primera novela, El general del ejército muerto, fue tan criticada. Porque en ella trazaba una atmósfera triste.
Abandonó Albania en 1990.
Así es. Lo hice para acelerar el proceso democrático.
¿Por qué no lo hizo antes?
Me hubiera gustado, pero no podía. Y como yo, otros muchos escritores. No fue posible porque hubiera tenido consecuencias dramáticas para mi círculo más próximo, para mis amistades.
¿Se considera un escritor disidente?
El término disidente tiene una connotación directa de enfrentamiento político con el régimen y yo no llevé a cabo ninguna acción política como tal, sino literaria. Los países comunistas han vivido dos etapas: la estalinista y la postestalinista. Disidir en esa segunda fase no era posible. Yo he creado otra literatura. Al menos, lo he intentado, y no ha sido nada fácil, porque lo he hecho en un país duro. Pero he escrito como si el régimen no existiera.
¿Cómo ve el mundo hoy?
Lleno de problemas.
¿Y el conflicto balcánico?
El conflicto ha terminado. Ahora Serbia es un país independiente.
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