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Un informe documenta maltrato a los sin papeles

La organización CEAR recoge en un estudio testimonios de abusos en Centros de Internamiento de Extranjeros de Madrid y Valencia. Interior niega que se use la violencia con los internados

RAMIRO VAREA

Personas hacinadas en celdas sin inodoros y sin intimidad en los baños. Internos sin posibilidad de comunicarse con sus familiares en el exterior y sin acceso a un abogado por desconocimiento de sus derechos. Detenidos que duermen tapados con mantas ignífugas rígidas que provocan lesiones en la piel. E incluso torturas y malos tratos que se traducen en golpes, hematomas y, en el peor de los casos, fracturas y palizas.

Así son las condiciones de vida en los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE) en España, según concluye el primer informe que los evalúa y que fue publicado ayer por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).

Hasta ahora, las ONG habían criticado la falta de transparencia del Ministerio del Interior, que deniega de forma sistemática el permiso de entrada a los periodistas y asociaciones que piden revisar las condiciones en que viven los inmigrantes.

La finalidad de los CIE, centros no penitenciarios que dependen de Interior y que algunas asociaciones han descrito como 'pequeños guantánamos', es la de custodiar a los sin papeles sometidos a un expediente de expulsión.

El documento en el que han colaborado abogados, médicos, psicólogos, mediadores y psiquiatras, se basa en cien entrevistas aleatorias y en profundidad realizadas a inmigrantes internados en tres de los ocho CIE de España (Málaga, Valencia y Madrid). Los expertos también entrevistaron a 25 funcionarios y trabajadores anónimos, que validan las conclusiones. El informe ha sido autorizado por Interior, que facilitó la labor de los voluntarios de CEAR.

'Los CIE no deberían existir. No son ninguna solución, porque suponen una vulneración de los derechos humanos', aseguró ayer el secretario general de CEAR, Alfredo Abad. Para el responsable de la ONG, los centros de internamiento 'están pensados como comisarías para estancias cortas, cuando está demostrado que los internamientos son largos; las condiciones de vida son extremas y generan situaciones de injusticia', denunció.

A lo largo de 244 páginas, el documento describe cómo algunos internos 'deben usar botellas de agua vacías por la noche para hacer sus necesidades', como ocurre en Valencia; que en Madrid los retenidos 'no pueden recibir llamadas del exterior, lo que constituye una vulneración grave de derechos'; o que en Málaga hay zonas del recinto fuera de los sistemas de videovigilancia, lo que supone una indefensión para los detenidos.

El impacto sobre la salud física y mental de los inmigrantes es evidente: muchos de ellos presentan cuadros de estrés, depresión, ansiedad... Uno de cada diez entrevistados dice que pensó en suicidarse durante su internamiento.

'Allí pasan muchas cosas que no deberían ocurrir', señaló el psiquiatra Pau Pérez-Sales, director del estudio, quien avanzó que el 40% de los entrevistados relata un trato 'negativo o muy negativo' por parte de los funcionarios. De ellos, hay cuatro que sostienen la existencia de torturas.

Uno de estos testimonios es el del argelino A. J., que relata las palizas de un policía de Valencia: 'Así que agarra la porra que había dejado en el suelo y nos empieza a pegar a todos como si fuéramos animales. Es como una vara metálica, una vara extensible (...) duele muchísimo (...) Una persona que estaba enferma de los riñones gritaba y lloraba como un niño (...). Fueron diez minutos, hasta que se cansó'.

Tamilli, una transexual brasileña de 30 años, también recuerda su experiencia. Ingresó en el CIE de Valencia a finales del pasado mes de octubre. 'Me llamaban perra', cuenta. Al quejarse a una policía, esta le espetó: 'Tú no eres una perra. Tú eres una travesti muerta de hambre inmigrante'. Desde entonces, según Tamilli, no cesaron las vejaciones. 'Las palizas se oían a todas horas', sostiene. E incluso denuncia que los médicos le prohibieron tomar retrovirales y le dieron una medicación ajena a su tratamiento de VIH, informa desde Valencia Sergi Tarín.

Desde Interior niegan con rotundidad tener constancia de la existencia de dichas torturas, al no existir ninguna denuncia. Sólo en un caso abrieron expediente contra un agente, por una presunta agresión cometida en el CIE de Madrid el pasado 29 de mayo. Fuentes de Interior aclaran que 'siempre' que se tiene conocimiento de un episodio de malos tratos en un CIE, 'en todos los casos y sin excepción', el director del centro lo comunica a la autoridad judicial y se inicia una investigación.

Desde el Ministerio insisten en la 'tolerancia cero' del departamento que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba hacia cualquier tipo de maltrato o tortura, y la 'transparencia absoluta' en este ámbito. Aun así, Interior aseguró ayer, mediante un comunicado, que ha ordenado abrir las correspondientes investigaciones internas 'sin que hasta la fecha se haya podido acreditar ni tan siquiera la existencia de los episodios denunciados'.

Por su parte, la portavoz del PSOE en la Comisión de Trabajo e Inmigración del Congreso, Esperança Esteve, aseguró ayer que su grupo parlamentario analizará 'con muchísimo interés' el informe de CEAR.

La diputada dijo no tener 'ninguna duda de que la situación en los CIE tiene que mejorar'. Y consideró que 'no es de extrañar' que se emitan 'informes negativos' teniendo en cuenta 'las condiciones en que han ido creciendo estos centros', informa Europa Press.

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