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Los ingresos ligados al ladrillo sufren un fuerte desplome

La caja autonómica salva la cara en 2009 gracias a la buena previsión de IRPF

P.G.

Los ingresos de las comunidades autónomas se han revelado extremadamente sensibles a la evolución del mercado inmobiliario. Durante el boom de la vivienda, la recaudación de los tributos autonómicos relacionados con el ladrillo creció con fuerza; con la crisis inmobiliaria, el panorama ha girado 180grados.

En conjunto, los ingresos previstos en las cuentas autonómicas para 2009 por el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y por el de Actos Jurídicos Documentados descienden, respectivamente, un 45% y un 35%. Son 7.600 millones menos con los que cuentan las autonomías.

El primero, es el tributo que grava las compraventas de viviendas y el segundo, está ligado a las escrituras. El parón de la construcción y de la venta de pisos ha provocado un agujero en las cuentas regionales. En 2007, en el punto alto del boom inmobiliario, la recaudación por estos dos impuestos llegaba a representar casi el 12% de los ingresos no financieros totales de las autonomías. Pero en 2009, sólo supondrán algo más del 6% de sus recursos.

Los demás impuestos indirectos (especialmente IVA e Impuestos Especiales, de los que el Gobierno les transfiere un 35% y un 40%, respectivamente) también acusan el descenso de la actividad económica y del consumo. La previsión es de una caída global cercana al 10%.

La estimación de ingresos regionales para 2009 salva la cara gracias al buen comportamiento que se espera de los impuestos directos, con un aumento de alrededor del quince por ciento.

En este capítulo destaca especialmente la evolución del IRPF (las arcas autonómicas reciben el 33% de la recaudación global estatal), con un crecimiento presupuestado de cerca del 13%. El Impuesto sobre la Renta, igual que en el caso de la Administración central, es el tributo más importante, y que más recursos genera: 1 de cada 5 euros que van a las arcas autonómicas procede del IRPF (uno de cada tres, en el caso del Gobierno central).

Dentro del capítulo de los impuestos directos sobresale también la recuperación de los ingresos por Sucesiones y Donaciones. Este tributo, especialmente en lo que atañe a las herencias. ha sido modificado por prácticamente todas las comunidades (de forma más agresiva sobre todo en las del PP), para suavizar la tributación en el ámbito familiar.

A pesar de las rebajas introducidas en el impuesto, se espera que su recaudación aumente, en conjunto un 8%.

También experimentan un crecimiento bastante dinámico las tasas, algo superior al once por ciento. Aquí es donde se concentra mucha de la imaginación de las autonomías a la hora de buscar recursos (las tasas están ligadas a la prestación de un determinado servicio, y es, aparentemente, menos dolorosa para el ciudadano que un impuesto nuevo).

Entre las tasas figura la tributación sobre el juego privado (bingos, casinos y tragaperras), cuyas competencias tienen cedidas las comunidades. La fiscalidad sobre las apuestas representa un tercio de las tasas: el año próximo se ingresarán unos 2.000 millones de euros, un 7% inferior a la calculada para este año.

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