Los precios se resisten a subir, aunque el Gobierno asegura que 2009 cerrará con tasas de inflación positivas. Según publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística, el mes pasado el IPC bajó dos décimas, hasta el -1% interanual. Agosto interrumpió la senda descendente que se registraba desde hace un año y se esperaba que septiembre apuntalara esa tendencia. Sin embargo, el abaratamiento del transporte (especialmente de los automóviles) y de los alimentos empujó de nuevo a la baja al indicador.

'La moderación de septiembre se explica por el contexto económico y su impacto sobre la demanda', indicó el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, que prevé que en los próximos meses los precios vuelvan a terreno positivo. El efecto base del petróleo (es decir, la diferencia entre su cotización actual y los máximos de 2008) irá desapareciendo, por lo que el componente energético dejará de restar tanto a la inflación.

El IPC acumula ya siete meses en negativo, pero el Gobierno descarta 'por completo' un escenario de deflación. Campa recordó que no se está produciendo un descenso 'generalizado' de los precios, y aclaró que sólo un 25%-30% de la cesta de bienes y servicios está en negativo en lo que va de año. Además, la inflación subyacente, que excluye los elementos más volátiles (la energía y los alimentos no elaborados) sigue en positivo (0,1%), lo que aleja el fantasma de la deflación real.

Con todo, la caída de precios de septiembre sorprendió a los expertos. La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) ha revisado drásticamente a la baja sus estimaciones, y vaticina que la inflación acabará el año en el 0,4%, frente al 1,2% que pronosticaba hasta conocer los últimos datos.

El diferencial con la UE favorece la competitividad española, recordó ayer Campa. Por otro lado, el INE publicó por primera vez el Índice de Precios de Consumo Armonizado a impuestos constantes, que en agosto cayó un 1,1%.