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Jack Straw declara hoy ante la comisión que investiga la guerra de Irak

EFE

El ex ministro británico de Asuntos Exteriores y actual titular de Justicia Jack Straw presta hoy una declaración que puede ser clave ante la comisión que investiga la polémica participación del Reino Unido en la guerra de Irak.

En público al menos, Straw fue uno de los más enérgicos defensores de la decisión de desarmar al dictador iraquí Sadam Husein, a quien Londres y Washington acusaban de poseer armas de destrucción masiva, acusación que se demostró luego errónea.

Sin embargo, una serie de documentos filtrados últimamente a la prensa indican que en privado Straw aconsejó al entonces primer ministro, Tony Blair, que fuera más prudente a la hora de comprometer tropas británicas para la guerra que el presidente de EEUU, George Bush, quería lanzar contra el país árabe.

En una carta que Straw envió a Blair antes de la reunión de este último con Bush en el rancho tejano del presidente estadounidense, en abril de 2002, el ministro de Exteriores advertía al Primer Ministro de que Gran Bretaña tendría poco que ganar y a cambio el riesgo era muy grande si decidía seguir a EEUU en su proyectada aventura iraquí.

Según Straw, no había mayoría en el propio grupo parlamentario laborista para una eventual acción militar contra Irak y el cambio de régimen que pretendía Bush no era por sí solo justificación suficiente para invadir ese país.

"Pero hay que responder también a una pregunta muy importante como es la de qué se conseguirá con esa acción, y es algo que no está nada claro", añadía Straw en tono de advertencia sobre las posibles consecuencias.

En una reunión con Blair y otros destacados miembros del Gobierno laborista en julio de 2002, Straw dijo que las acusaciones contra Irak no tenían demasiada consistencia y que la supuesta capacidad iraquí en materia de armas de destrucción masiva era en cualquier caso inferior a la de Libia, Corea del Norte o Irán.

El 16 de marzo de 2003, es decir, dos días antes del voto en la Cámara de los Comunes favorable a la guerra, Straw escribió supuestamente a Blair aconsejándole que tuviese en cuenta posibles alternativas a la invasión que quería Estados Unidos.

Según algunas versiones que han circulado, Straw aconsejó que Blair le dijera a Bush que su Gobierno estaba dispuesto a enviar tropas a Irak una vez acabada la guerra para impedir el caos resultante, pero que no se comprometiera a enviar tropas británicas para participar en la invasión.

Sin embargo, en el testimonio que presentó ante la comisión la pasada semana, el ex secretario del Gobierno, lord Turnbull dijo que no había apreciado en su momento ningún signo de que Straw tuviese internamente dudas sobre el rumbo de acción que estaba tomando el Gobierno laborista.

"Lo que vio el resto del Ejecutivo fue en cambio a un ministro de Exteriores muy esforzado en presentar el caso (justificar la invasión) ante las Naciones Unidas pese a la endeblez de las pruebas", dijo Turnbull.

"No parecía que (Straw) fuera alguien que pensase en privado que aquello no tenía sentido. No es la impresión que yo recibí ni la que recibieron otros miembros del Gabinete", explicó.

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