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Leterme afronta su segundo intento de negociación para formar el nuevo Gobierno belga

Agencia EFE

El líder democristiano flamenco Yves Leterme afronta desde hoy, 112 días después de las elecciones legislativas belgas, un segundo y probablemente último intento para poner de acuerdo a los partidos ganadores de los comicios en la formación de un nuevo Gobierno federal.

Leterme, al abandonar en agosto su primera tentativa cinco semanas después de ser designado "formador" de Gobierno por el Rey Alberto II, dio pie a que se reavivaran las especulaciones sobre una eventual escisión de Bélgica por las diferencias entre la región de Flandes (norte) y la de Valonia (sur).

Mientras en Flandes -donde nacionalistas y separatistas lograron una clara victoria- se reclama una mayor descentralización y más traspasos competenciales en asuntos como la sanidad y la fiscalidad, en Valonia -donde los liberales se impusieron a los socialistas- temen que ceder a esas aspiraciones ponga en riesgo su bienestar y, sobre todo, la integridad del país.

En su segundo intento Leterme será asistido en su tarea -pero sin llegar a formar un "dúo"- por el presidente de la Cámara de Diputados, el también democristiano flamenco Herman Van Rompuy, según afirmaron hoy fuentes de su partido, el CDV.

Van Rompuy, tras abandonar Leterme, ejerció de "explorador" durante este último mes por encargo del monarca, para sondear las opciones reales de que los partidos ganadores de los comicios de junio pudieran alcanzar un acuerdo de Gobierno.

En la pasada tarde y tras entregar Van Rompuy su informe, el Palacio Real emitió un breve comunicado en el que se ponía de relieve que "hay suficientes elementos de convergencia para permitir retomar las negociaciones bajo la dirección de un formador" de Gobierno.

Con su informe, acompañado de un plan basado en los contactos mantenidos, Van Rompuy puso fin a más de 100 días de negociaciones infructuosas, tras unos comicios en los que el voto se dispersó mucho, entre otras cosas por la estructura de Bélgica -dividida en tres comunidades lingüísticas y siete parlamentos-, y por las diferencias económicas y culturales de flamencos y valones.

Tras un mes de contactos con los partidos, Van Rompuy presentó un plan de acción dividido en dos partes:

La primera sería la negociación inmediata de unas reformas institucionales por mayoría simple en el marco del acuerdo de Gobierno.

La segunda sería la puesta en marcha de reformas de mayor calado, que requieren una mayoría parlamentaria de dos tercios, antes de las elecciones regionales de 2009, según la emisora Bel-RTL.

Van Rompuy, del que los medios alaban la "discreción" con que acometió su tarea como "explorador", asesoraría a Leterme en las cuestiones de la reforma del Estado, así como en hallar una solución sobre la histórica disputa que existe sobre la división del distrito electoral de Bruselas-Halle-Vilvoorde.

Este asunto enfrenta desde hace más de 40 años a francófonos y flamencos y podría definir la suerte del nuevo Gobierno federal.

Por su parte, Leterme se centraría en la negociación de los asuntos económicos y sociales, según la agencia Belga.

Según dijo hoy el ministro-presidente flamenco, Kris Peeters, en la televisión pública VRT, la primera tarea de Leterme es decidir quién le acompañará a negociar con los cuatro partidos ganadores de las elecciones, y cómo se repartirán las carteras ministeriales.

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