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Una ligera esperanza renace en la casa de los familiares de José Medellín

EFE

Una leve esperanza renació hoy entre familiares del reo mexicano José Ernesto Medellín, cuya ejecución en Texas (EE.UU.) programada para las 18.00 local (23.00 GMT) quedó a la espera de un pronunciamiento del Tribunal Supremo que deberá decidir hoy mismo sobre el aplazamiento.

En la ciudad mexicana de Nuevo Laredo, fronteriza con Estados Unidos, Josefa Pérez, tía del condenado a muerte, esperaba la hora de la ejecución con pesadumbre, pero cambió su rostro con un sonrisa al conocer que el Supremo tiene hasta la medianoche de hoy para fallar sobre si se aplaza la ejecución.

"Cuando me avisaron me dio gusto", dijo Reyna Armendáriz, prima de Medellín, quien, acompañada de su madre, Josefa, esperaba conocer por la televisión las últimas noticias en torno a José Ernesto.

"Espero que así como se aplazó la hora a la medianoche, sea de manera definitiva y con ello a mi sobrino se le perdone la vida", dijo Josefa.

En la vivienda de al lado, donde vive Euleteria Armendáriz, abuela de José, integrantes de la agrupación "Progreso y Desarrollo Femenil" instalaron una manta negra en apoyo al sentenciado.

Reyna Armendáriz aseguró que aunque no está de acuerdo con el crimen cometido por su primo, todavía tiene la esperanza de que el Gobierno de Estados Unidos aplace la ejecución o que de una vez le perdonen la vida.

Medellín fue condenado a muerte en 1994 por la violación y asesinato de Jennifer Ertman, de 14 años, y Elizabeth Peña, de 16, a las que él y otros cinco miembros de su pandilla violaron, golpearon y asesinaron ahorcándolas con un cinturón.

"Si lo llegan a matar, ojalá esto sea un ejemplo para los jóvenes y que no cometan el mismo error que él cometió, lo que él vivió durante los 15 años (que lleva esperando la ejecución) es más duro que la misma muerte", dijo.

La prima insistió en que espera que esta situación sirva a otros jóvenes para que "no echen a perder su vida, que no se involucren en pandillas, como José".

En caso de que el dictamen del Supremo no llegue antes de la medianoche, la ejecución de Medellín quedaría en suspenso y no se podría fijar una nueva fecha hasta transcurridos 30 días.

Si el Supremo falla en contra del reo, la última palabra sobre la ejecución la tendría el gobernador de Texas, Rick Perry, aunque los abogados de Medellín consideran poco probable que muestre clemencia, después de que ayer la Junta de Perdones no le recomendara hacerlo.

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