Este artículo se publicó hace 15 años.
La Luna: mensajeros en bicicleta
14 años llevan los bicimensajeros repartiendo paquetes por el Principado de Asturias
En enero celebraron cumpleaños: 14 años llevan los bicimensajeros de La Luna repartiendo paquetes por el Principado de Asturias. O lo que es lo mismo, 270.000 entregas de sobres y paquetes; más de 103.200 kilogramos ahorrados en emisiones de dióxido de carbono y decenas de actividades de promoción de uso de la bicicleta.
En Oviedo y en Gijón están más que acostumbrados a su presencia en las calles. Vestidos con maillots amarillos y azules, montados en bicicletas y cargando paquetes y cartas de un lado a otro. Son especialmente visibles los días de lluvia, probablemente porque nadie, o casi nadie, hace lo que ellos: pedalear bajo el aguacero.
Son los bicimensajeros de La Luna, una pequeña mensajería que, según explica Ana Pérez, la encargada de tráfico de la empresa, tiene unas características muy especiales: "La Luna es un proyecto empresarial ecológicamente responsable y socialmente solidario que, incluso, está demostrando que puede ser económicamente rentable. Además, apostamos por la bicicleta para tener una ciudad más limpia, menos ruidosa, más tranquila y más habitable".
La sede estáen Gijón yel almacén se ubica en Oviedo
Esta ha sido la filosofía sobre la que nació La Luna en febrero de 1995, cuando cuatro mensajeros procedentes de otra empresa decidieron fundarla, y en la que sigue apoyándose.
Una actividad rentable
Ahora La Luna se ha convertido en una actividad rentable, pero no siempre fue así. "Los inicios fueron muy complicados. No disponíamos prácticamente de ningún tipo de infraestructura. Todo lo que teníamos era prestado o regalado. Los clientes tenían que ponerse en contacto con nosotros a través de los buscapersonas", cuenta Ana Pérez.
Hacen entregas internacionales, pero el 60% es servicio local
En aquel tiempo la empresa tan sólo hacía servicios urbanos dentro de la ciudad de Gijón: "Hasta un año después no comenzamos a hacer envíos provinciales en Asturias. Entonces, llevar una carta o un paquete podía convertirse en una auténtica odisea. A menudo los bicimensajeros tenían que coger un tren de cercanías o de vía estrecha (FEVE) y, desde la estación correspondiente, hacer 40 o 50 kilómetros en bicicleta.
Hoy, a través del servicio Luna Shipping, operativo a través del punto de gestión internacional ubicado en Barcelona, La Luna puede gestionar exportaciones e importaciones con origen o destino en cualquier punto de España a cualquier puerto del mundo, aunque un 60% de los encargos que se reciben en esta mensajería corresponden a entregas y recogidas locales
Socios trabajadoresEn nómina de La Luna hay cuatro socios trabajadores y diez trabajadores asalariados, estos últimos alternando el trabajo en la calle como mensajeros con las labores de gestión interna de la empresa. Tiene una facturación de 250.000 euros. Sus oficinas se encuentran en Gijón y su almacén, en Oviedo. Así pues, La Luna es una empresa autogestionada ("no externalizamos tareas") y solidaria, ya que los beneficios se reinvierten en la propia empresa.
La Luna trata de diferenciarse de la competencia ofreciendo un trato totalmente personalizado: "Cada envío lleva un seguimiento personal e individualizado. Cuando se produce alguna incidencia (rechazo del envío por parte del destinatario, ausencia del receptor) el cliente siempre recibe una llamada nuestra y le sugerimos una solución". Los clientes lo agradecen porque comparten su misma filosofía.
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