Este artículo se publicó hace 15 años.
Marc Recha cierra un ciclo con Petit Indi
Filma en la periferia de Barcelona una fábula sobre la pérdida de la inocencia
Antes del giro, un puente. Aunque esto no sea ningún manual de conducción, viene bien la directriz para entender el itinerario que está tomando la carrera del director Marc Recha (Hospitalet de Llobregat, 1970). Petit Indi presentada en Locarno en agosto pasado, y ahora a competición en la Seminci sería ese puente. Uno que enlaza la filia que ha mostrado el director por un cine de lo elemental (contemplativo y no narrativo) con su nuevo empeño por recuperar la ilusión de cuando veía cine de niño. "Me gustaría acercarme al cine de género del Hollywoodde los setenta", dijo. Recha quiere abrirse a otros públicos, 22 años después de haber cogido una cámara de 35 milímetros por primera vez.
Pero antes, Petit Indi, que se estrenará el viernes y que para el director es una película "más luminosa, más dinámica" que sus anteriores. El autor de Pau y su hermano (2001), que compitió en la sección oficial de Cannes, ha filmado una fábula, con aliento de western, sobre la pérdida de la inocencia. Por supuesto hay animales (pájaros, perros, un zorro) y símbolos que sirven de espejo o rastro de unos personajes que, como es habitual enRecha, están "desubicados y desarraigados".
El paisaje y las relaciones contradicctorias del hombre con la naturaleza son una vez más esenciales para el director de Días de agosto (2006). Recha filma en Barcelona, concretamente en el barrio de Vallbona, un no-lugar en la periferia de la ciudad, cruce entre lo rural y lo urbano y espacio en continua transformación. "No quise caer en la tentación tan homogeneizada de un cine social, esa especie de neo-neorrealismo". Por eso, la fábula.
IncomunicadosEn ese espacio transitorio vive Arnau, un chaval tímido de 17 años, que tiene a su madre en la cárcel. A Arnau no se le da muy bien hablar. Se comunica mejor con sus pájaros y con un zorro que encontrará medio herido, que con sus hermanos (EduardoNoriega y Eulàlia Ramon) o su tío (Sergi López).
La naturaleza, el paso del tiempo, la manera en que el espacio determina la historia, el hecho de hablar de las prisiones interiores o de las relaciones entre hermanos continúan en Petit Indi. Pero el director ya anda pergeñando tres proyectos orientados a un cine "masivo, desde la sobriedad y el clasicismo". Apunten: un western con actores americanos y rodado en Argentina, un filme de ciencia-ficción que parte de Encuentros en la tercera fase y un filme bélico, que contará el desembarco del capitán Bayo en Mallorca en 1936. Pero antes, tiempo de fábula.
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