Este artículo se publicó hace 15 años.
Marc Recha estrena su fábula fatalista "Petit Indi" en Locarno
La mirada del cineasta catalán Marc Recha ha vuelto a seducir hoy a Locarno con "Petit Indi", una fábula agreste con moraleja corrosiva para la que ha contado con las interpretaciones de Eduardo Noriega, Sergi López, Eulàlia Ramón y el joven Marc Soto.
"Petit Indi" es, en palabras del propio Recha hoy en la ciudad suiza, "el viaje meteórico de Arnau, un adolescente, hasta estrellarse definitivamente", una óptica diametralmente opuesta a la clásica historia de superación que será vista esta tarde en la Piazza Grande de Locarno, con un aforo de 8.000 personas.
Junto con Cannes, donde ha presentado cintas como "Pau y su hermano" (2001) o "Las manos vacías" (2003), Marc Recha ha encontrado en Locarno la forja de su prestigio internacional: el que valora su lenguaje parsimonioso y poco concesivo, el mismo que vuelve a presidir "Petit Indi".
Con ella se enfrenta, por primera vez y con su "pequeño cuento para adultos", a la sección más popular de este festival, en el que ha competido por el Leopardo de Oro en dos ocasiones, con "El árbol de las cerezas" (1998) y "Días de agosto" (2005).
El término "fábula" parecía, a priori, ajeno a su cine. Y a pesar de un trabajo musical más elaborado y unos títulos de crédito coloristas, esta película no escapa a su concepción del mundo adulto como "un mundo de depredadores" y a ese microcosmos de la Cataluña menos vanguardista aplastada por "el inexorable paso del tiempo", según el director.
"Petit Indi" se ambienta en Vallbona, un barrio marginal a las afueras de Barcelona, y "ningún escenario de los que sale en la película existe ya, porque han sido ocupados por las obras del tren de alta velocidad", explicó Recha.
"Han tardado años en arrancar y justo el día que empezamos a rodar, comenzaron las obras", bromeó el cineasta, quien también filmó algunas escenas de la película en un canódromo extinto en la misma localidad, en el que encierra los coqueteos del adolescente con el futuro tan poco alentador.
Esa sensación de permanente transformación, de pasado irreversible -que le emparenta con "Still Life" (2006), de Jia Zhang-Ke- empapa a sus personajes y sobre todo a Arnau, el joven que intenta conseguir por sus propios medios el dinero necesario para que su madre no vaya a la cárcel y que, en el camino, perderá la inocencia para siempre.
Amante de los pájaros y encargado de un zorro herido, el protagonista "deja el mundo casi virgen de la naturaleza, la visión panteísta o conservacionista y entra en el mundo de los adultos, en el que los animales ya no le quieren", aseguró el cineasta.
En su camino se encuentra "con muchos elementos ponderantes, uno de ellos el azar", que irá balanceándose, y otro su familia, encarnada por tres actores de peso: Ramón, López y Noriega.
A pesar del ilustre reparto, el joven intérprete Marc Soto, en el que es su debut en el cine, "acaba llevando sobre sus hombros la película, y encontrar a un actor capaz de transmitir complejidad con 17 años era el mayor reto de este proyecto", explicó Recha.
El joven intérprete, visiblemente nervioso ante los medios, mostró su satisfacción por formar parte de esta cinta y de encargarse de dar "una visión simple de la vida, tal cual es", afirmó Recha.
Por su parte, Eduardo Noriega, que ya acudió a Locarno para presentar su aventura en el cine francés "Novo" (2002) y que, al igual que Eulàlia Ramón, había trabajado con Recha en "Las manos vacías", reconoció su pasión por el cine de este director y aseguró que, a pesar de la diversidad de papeles que trufan su filmografía, su capacidad de elección no es amplia.
"No puedo tener la carrera que quisiera ni tampoco busco proyectos arriesgados. Simplemente busco la dificultad necesaria para poder crecer profesionalmente", aseguró el actor, que ha rodado también en el cine estadounidense "En el punto de mira" (2008).
Entre los retos que le presentaba "Petit Indi" al actor cántabro estaba "el de trabajar en una lengua como el catalán" y, además, aceptar un papel más bien episódico.
Más acostumbrada a los pequeños personajes, Eulàlia Ramón aseguró que "tacita a tacita" lleva ya "muchos años en este negocio". Y esta vez, por su papel contundente y maternal de Sole, consideró que Recha le ha servido otro pequeño sorbo, "pero esta vez en una tacita de plata".
Mateo Sancho Cardiel
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