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"A quien más perjudica es a las mujeres maltratadas"

La ex mujer de José Antonio lo denunció ocho veces en falso, según el juez

RAÚL BOCANEGRA

Las denuncias falsas a quien de verdad perjudican es a las mujeres maltratadas', sostiene José Antonio Santos, denunciado ocho veces en falso por su ex mujer, Raquel Valle, según ha concluido un juez de violencia de género de Sevilla. Una de las demandas lo llevó a la cárcel de Sevilla II durante 11 meses. Fue puesto en libertad el 11 de enero de 2008 'ante la inconsistencia de la acusación y la escasez de verosimilitud de la denunciante'. El caso está ahora en la Audiencia, porque su ex esposa ha recurrido la decisión del juez, sin el apoyo de la Fiscalía. Si se ratifica, Raquel sería investigada por denuncia falsa, delito penado con hasta dos años de prisión.

José Antonio, antes pulidor y ahora peón albañil, se separó de su mujer en 2000. Habían estado casados cinco años. 'La pareja fue normal, para mí fue muy buena cuando estuvimos casados, pero a última hora se rompieron las cosas', afirma, muy calmado, en su casa de Umbrete (Sevilla), donde vive con su actual pareja, María Dolores González. Su hogar es un trajín continuo, entra y sale constantemente gente, sobrinos, primos, familia. Con Raquel tuvo un niño, que ahora tiene 11 años, a quien no ve desde hace siete. 'Tuvo meningitis y fui a verle. Después de tomar un café, tranquilamente, [mi ex mujer] me montó un escándalo, se formó un pollo por nada y decidí no verlo más. Es durísimo', afirma José Antonio.

Esto sucedió a mediados de 2002. Tres años después de haberse visto cara a cara por última vez, en diciembre de 2005, llegó la primera denuncia. ¿Por qué, si había pasado tanto tiempo? 'No lo sé, puede que fuera porque no quiere que sea feliz. No sé, esa pregunta me la he hecho un montón de veces en prisión', dice. En esa demanda la 'perjudicada no especifica la forma ni el lugar de la agresión, mencionando un testigo que ni siquiera se ha podido localizar'. 'Luego llegaron las denuncias gordas', asegura José Antonio. Entre ellas, la que lo puso entre rejas, el 24 de febrero de 2007.

Sobre esta y otra anterior, el juez asevera que en ambas 'las lesiones se producen de la misma forma y que el propio imputado acredita que ese día y a esa hora estaba fuera de Sevilla'. Unas facturas de un restaurante chino que conservaba su madre y la declaración de otros comensales avalaron su testimonio. 'Las presenté después. Entonces declaré inocentemente, no pensaba que me fuera a pasar nada, el abogado no era nada bueno', rememora José Antonio.

Detrás de los barrotes, decidió cambiar de abogado y contrató al letrado Fernando Retamar, quien organizó la estrategia que le sacó de prisión el 11 de enero de 2008, casi un año después de haber entrado. Consciente de la excepcionalidad del caso, afirma: 'Se resolvió porque hubo un trabajo óptimo del juez. Se hicieron pruebas de ADN, la policía investigó. Estuvo bien hecho'. En total fueron ocho denuncias las que puso Raquel, dos de ellas mientras José Antonio estaba en la cárcel, acusándole de enviar sicarios.

Sólo 11 días después de su liberación 'bendito día', Raquel puso una nueva demanda. Para el magistrado que archivó el caso, esta y otra del 17 de abril de 2008 'son las más evidentes respecto a la falta de verosimilitud de la denunciante'. Los testigos presenciales 'desmontaron' la agresión, no se encontró ADN de José Antonio en el cúter supuestamente usado, la Policía localizó al acusado fuera de Sevilla y el forense concluyó que no se podía descartar que Raquel se hubiera autolesionado. No había signos de forcejeo las heridas eran paralelas y las uñas de porcelana estaban en su sitio. Fue el remate.

José Antonio había tomado precauciones tras salir de prisión. Iba a los sitios acompañado, en casa no estaba solo y la Policía y la Guardia Civil lo vigilaban. 'No entiendo que me busquen la ruina como me la han buscado', dice. 'La ley tiene un protocolo y, siguiéndolo, me metieron en prisión. En vez de demostrar la culpabilidad, hay que demostrar la inocencia, pero bueno, en mi caso, se demostró', remacha.

 

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