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Mejor el audímetro que los fanáticos

CBS cancela de nuevo la serie ‘Jericho’, tras recuperarla por la presión de los fans

JAVIER SALAS

El cliente siempre tiene la razón. Pero el espectador no. No, al menos, para los intereses lucrativos de una cadena de televisión. Ésa es la moraleja que puede recogerse de la aventura vivida por la serie de de ciencia ficción Jericho, que en España emite Calle 13.


A partir de ahora, la cadena estadounidense CBS se lo pensará dos veces la próxima vez que decida escuchar las reclamaciones de los seguidores. Eso es lo que hizo, en una decisión histórica, el pasado verano. Tras cancelarla por bajo rendimiento de audiencia meses antes, sus fanáticos seguidores se organizaron para presionar a la cadena y lograr que le diera un final digno. La presidenta de la emisora ofreció un comunicado para los fans, reconociendo que su cancelación había sido una decisión muy difícil y agradeciéndoles su apoyo. Pero no les satisfizo. La serie no podía concluir con un final abierto.


La movilización se encauzó a través de Internet. Las páginas web jericholives.com (Jericho vive, en inglés) y jerichoguardians.com (guardianes de Jericho) concentraron el desencanto de su audiencia, con todo tipo de material y consejos para ejercer presión sobre los directivos de la cadena.

Apocalipsis desde un pueblo
La serie narra la vida de un pequeño pueblo de Kansas que asiste atónito en la lejanía a una explosión nuclear. Tras la aparición de ese aterrador hongo, Jericho –que así se llama el pueblo– se ve sumido en un caos absoluto al perder cualquier contacto con el exterior y quedarse sin electricidad. El caos y la angustia se adueñan de sus habitantes, que tendrán que aprender a sobrevivir con el miedo y la duda.Tratándose de una trama tan inquietante, es normal que a los enganchados no les convenciera el último episodio que se ofreció de la serie, en el que pocas cosas quedaban claras, sino más bien al contrario, generando más dudas.
Sin saber si se enterarían del destino pensado para los protagonistas del telefilme, los fans mandaron 20 toneladas de cacahuetes a las puertas de la cadena. En inglés, nuts (frutos secos) también quiere decir estar chiflado, una expresión muy destacada en un personaje de Jericho.
Y claudicaron: siete capítulos más de una segunda temporada corta, prorrogable en función de cómo fueran las cosas. Los teóricos de la nueva era se felicitaban: Internet había cambiado las cosas. Los fans que consumían la serie a través de la Red también contaban: los audímetros ya no dictan las reglas, dijeron.


Hasta ayer. La cadena, que había sufrido para volver a juntar al equipo después de cancelar la producción, anunció que no habrá más Jericho. Sólo el primer capítulo de la segunda temporada alcanzó los siete millones de espectadores y el resto apenas se acercó a los seis. Tristes datos, que ni siquiera se acercaban a los que motivaron la primera retirada.
“No permitiremos la cancelación”, decían ayer en su web los fans, “dado que todavía hay suficiente audiencia interesada en la serie”. Nunca una palabra fue tan relativa. Los productores que se embarcaron por segunda vez en Jericho podrán decir que, por muchos cacahuetes que decidan mandar ahora, nunca serán suficientes.

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