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El "mejor estímulo" es la paz con los mercados

Zapatero se despide de la UE abogando por la austeridad

D. B.

El presidente del Gobierno saliente, José Luis Rodríguez Zapatero, se despidió de las cumbres europeas confirmando que ni aún en el tiempo de descuento le surgen dudas sobre el ritmo y alcance de la austeridad económica. Tras 44 cumbres, José Luis Rodríguez Zapatero eligió reivindicar el “[me] cueste lo que me cueste” con el que en mayo de 2010 dio un golpe de timón a su política económica cuando anunció el primer paquete de medidas de ajuste (congelación de las pensiones, rebaja de sueldo a los funcionarios, recorte de las inversiones) que marcó tanto el inicio del alejamiento de los problemas de Grecia como el declive de la fortaleza electoral del PSOE.

“¿Cuál es el estímulo que necesita la economía en estos momentos?”, se preguntó el jefe del Ejecutivo en funciones. “Que se reduzcan drásticamente las tensiones en los mercados, que vuelva la liquidez para los bancos: ese es el mayor estímulo”, dijo.

Entre los desafíos del próximo Gobierno, Zapatero destacó por encima de todos la reducción del déficit y la deuda, que lograron en Bruselas un compromiso inequívoco de todos los socios de la UE salvo el Reino Unido. Apenas se atisbó un débil reflejo del “optimista antropológico” que en 2005 gobernaba un país con superávit y el paro más bajo de la historia. “La cuestión fundamental en estos momentos es que la luz, aunque sea todavía lejos, se ve al final”, confió. Sin embargo, la UE y España se enfrentan a la crisis “más dura” desde que van de la mano. “Es una gran prueba. Tenemos que superarla, aún queda en mi opinión la mitad del camino”, lamentó. “nos queda la otra mitad para garantizar la sostenibilidad de la deuda, la recuperación económica, que es el objetivo, y la creación de empleo”.

Zapatero se fue apuntando dos grandes discusiones “para el año que viene”. Una de ellas, la creación de “eurobonos”, sobre los que los líderes discutieron “bastante” y que irán “ganando espacio” a fuerza de presionar a Alemania. La otra, el papel del Banco Central Europeo, limitado por su mandato institucional y que permite que la eurozona tenga unos tipos de interés para refinanciar su economía más altos que los de EEUU, Reino Unido o Japón, países con más deuda y déficit que la moneda única.

“Ha sido un inmenso honor representar a mi país en un foro como Europa”, aseguró en su adiós, prometiendo que “siempre” ha pensado que “fortalecer la UE era fortalecer España”. “Llegué aquí con toda mi vocación europeísta” y “tras dos años intensos, mi convicción es aún más firme”. “El presente y el futuro de España”, pilotados por Mariano Rajoy, “dependen en gran medida de la voluntad política de unión que tengamos los europeos”, concluyó.

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