Steven Pienaar (1982) creció rodeado de un día a día tan crudo como cruel. En Westbury, uno de los guetos más violentos de Johannesburgo, los tiroteos y las drogas formaron parte del paisaje de su infancia. El fútbol le sacó de allí 'para poder retirar a mi madre del trabajo'. Fue captado por la escuela del Ajax en Cape Town y de allí se fue a Ámsterdam para convertirse en un destacado ajacied. Luego, fracasó en Dortmund, afectado por la muerte de uno de sus mejores amigos. Ahora, lleva dos años triunfando en el Everton. Pienaar es la estrella de la selección surafricana que se mide hoy a España.

¿Qué piensa cuando mira hacia atrás?

Realmente me considero un afortunado. Me puedo permitir vivir con tranquilidad en Europa y fuera del peligro que conocí y del que me salvé gracias a la educación que tuve.

¿Cómo es Westbury?

Es un gueto muy pobre donde el crimen es el negocio número uno. Allí, las pistolas y las drogas son el pan nuestro de cada día.

¿Cómo era el fútbol allí?

Todas calles estaban sin asfaltar y jugábamos en un trozo de cemento, un lugar donde ahora me quejaría por jugar, pero que te hace de hierro. Si caías al suelo, te hacías polvo las rodillas, pero no te quedaba otra que levantarte, echarte agua en las heridas y seguir jugando el partido.

¿Tenían balones?

Era de los pocos lujos que teníamos. Éramos muy pobres, pero mi madre siempre nos compraba balones de plástico. Un balón era el entretenimiento de los niños, lo que mantenía nuestras sonrisas, por eso siempre había padres dispuestos a comprar uno, aunque no fueran de mucha calidad.

¿Su familia a qué se dedicaba?

De mi padre prefiero no hablar. Mi madre trabajaba en una imprenta. Cuando fiché por el Ajax Cape Town le dije que yo me ocuparía de todo, que dejara de trabajar.

¿Su vida llegó a correr peligro en el gueto?

Claro, allí cada día estabas en la línea de fuego y tenías que saber dónde ibas y cuándo. Aprendes por obligación por dónde debes pisar. Si estás en el lugar inadecuado a la hora inadecuada, te puedes ir despidiendo.

¿Murió algún conocido?

Sí, he perdido amigos y otros fueron a la cárcel. Me considero un afortunado, si me hubiera quedado allí, ahora podría estar muerto o en la cárcel.

¿Vuelve por allí?

Siempre que puedo, es de donde vengo, donde están mis amigos y yo soy el mismo Steve de siempre. Cuando voy, parece que me hubiera marchado ayer, las cosas no han cambiado demasiado.

¿Qué recuerdos tiene del apartheid?

No muchos, aunque los suficientes. Soy mestizo y tenía que quedarme en mi barrio. Si cruzabas la calle principal y te encontrabas con los blancos, te preguntaban qué hacías allí. Nos llamaban bushies (salidos de los arbustos de la selva). Nosotros les decíamos red necks (cuellos rojos), porque eran muy blanquitos. La verdad, no había muchos piropos de unos hacia otros.

¿Mandela es el Maradona de la política africana?

Es la mejor definición que se podía hacer. Es una persona increíble, se jugó el tipo por Suráfrica, por ponernos en el mapa, y luego toda África también se benefició de su obra. Debemos estarle agradecidos.

El Ajax creó una escuela en Suráfrica, ¿es un camino más correcto que el de representantes que van por su cuenta y engañan a los jóvenes talentos?

Fue una gran idea crear el Ajax Cape Town. Aunque parezca lo contrario, aquí hay muchos talentos que llegaron a ser profesionales, pero necesitaban desarrollo. Tuvimos la oportunidad de elegir una formación y eso, aquí, no es muy normal.

¿Qué le transmite el góspel?

Me gustan también el hip-hop y el house, pero cuando me encuentro decaído y quiero relajarme escucho góspel, su palabra es sabia.

La Copa Confederaciones y el Mundial mostrarán al mundo las dos Suráfricas.

Las dos competiciones han ayudado mucho, han dado trabajo y el país ha dado un salto de calidad. Todo el mundo nos está mirando y tenemos que aprovechar la oportunidad.

Joel Santana le dejó fuera en el partido inaugural ¿le dio explicaciones?

No estaba al cien por cien, pero quería jugar. Yo no tomo las decisiones, el entrenador quiso jugar con un sistema más defensivo y yo tengo que acatarlo porque soy un profesional.

¿Dónde está el nivel del fútbol surafricano tras la Edad de Oro de los 90?

Hay un camino gigantesco por recorrer, estamos en desarrollo. Debemos trabajar la base, aunque es cierto que ahora viene una generación buena. Se han clasificado para el Mundial sub 20 y hacía años que no lo conseguíamos.

Se crió en el Ajax, que forma mucho tácticamente. Describa el juego de España.

El juego del Ajax y el de España es una fotocopia. Ambos guardan el balón y juegan con un triángulo de tres vértices creativos: Alonso, Xavi e Iniesta o Fábregas. Quieren jugar el balón a ras de hierba y el objetivo número uno de cada jugador es dar opciones al compañero. Me recuerda al triángulo del Ajax que fomábamos Sneijder, Van der Vaart y yo. Además, en aquel Ajax, también veo a Zlatan (Ibrahimovic) como el equivalente a Torres.

¿A qué jugador español elige?

Iniesta, porque es pequeñito como yo y le gusta lo mismo que a mí: tener el balón y driblar hacia adelante, pero sin ser egoísta. Siempre se ofrece, aunque claro, yo no he ganado ni la Eurocopa ni la Liga de Campeones como él.

¿Se ve en España?

Quién sabe, sigo mucho la Liga y sé que es un campeonato que se adapta a mi estilo de juego. Sigo siendo el jugador técnico del Ajax, pero en Inglaterra no he tenido más remedio que aprender a defender. En dos años en el Everton he corrido más que en toda mi vida.

Su nombre ha sonado para el Atlético, ¿jugaría allí?

A quién no le gustaría jugar en el Atlético, pero no he tenido noticias de ellos. Tengo dos años de contrato con el Everton y allí estoy bien, pero ¿quién no desea jugar la Liga y la Liga de Campeones? Además, el fútbol español es el que más se adapta a mi juego, pero de momento con el Atlético no hay nada.

Arteta es su compañero, ¿está siendo injusto el fútbol español con él?

Injusto no sé, pero ha tenido muy mala suerte. Es uno de los mejores jugadores que he visto. Aragonés o Del Bosque podían haberle llamado alguna vez, pero al haber tanta calidad en su posición es complicado.