Este artículo se publicó hace 15 años.
Molko huye de la oscuridad y se tumba al sol
Placebo presentan su nuevo disco, 'Battle for the Sun'
La infelicidad tampoco dura para siempre. Era difícil pensar que Brian Molko podría vivir en un estado depresivo todo el tiempo. Su nuevo disco es, según sus propias palabras, "una lucha por el sol, por desgarrar la oscuridad y abrirse a la luz". Es decir, un cambio respecto al negro de sus álbumes precedentes hacia el "sonido más colorido" de su nuevo trabajo.
Dos precisiones. Primero: esperar a estas alturas un giro de ciento ochenta grados en el sonido Placebo se antoja disparatado. Segundo: si bien Battle for the Sun no presume de éxitos tan verticales como You Dont Care About Us, Pure Morning o Special K, sí cuenta con envidiables canciones de gran pegada.
Pero Molko tiene algo de razón en sus palabras. Su anterior trabajo, Meds (2006), nos retrataba a un cantante narcótico, confundido, aferrado al pasado, que ve el mundo desenfocado y que no quiere reconciliarse con el público perdido. Su nuevo disco presenta a la banda revitalizada: más que positivo, Battle for The Sun es enérgico, imprevisible e impulsivo. Hay varios factores que han contribuido a esto: la paternidad de Molko, felizmente casado, y la incorporación de un nuevo y joven batería de California, Steve Forrest.
Cercanos al pop electrónico (algunos pasajes recuerdan a Depeche Mode) y a la contundencia del metal —produce Dave Bottrill (Nine Inch Nails, Tool)—, se suma el hecho de que rompieron su contrato con EMI y financiaron ellos mismos el disco. "Tenemos la impresión de hacer el disco que siempre habíamos querido hacer, cuando antes había obstáculos, los productores, el ex baterista y también cuestiones de estilo de vida", ha dicho el cantante. Así, en el disco se cuelan la suciedad del sonido garage (For what its Worth y Breathe Underwater), mientras que en otros cortes las guitarras brillan deliberadamente radiantes.
Ya no es el Placebo del sufrimientoMolko ha cortado por lo sano. El disco arranca con una declaración de intenciones, en la que canta: "Necesito un cambio, necesito un cambio de piel". Ya no es el Placebo de sufrimiento, oscuridad, relaciones tormentosas y sarcasmo.
Molko dice cosas como que el sufrimiento lo ha hecho mejor persona y dice aceptar que no siempre tiene respuestas para todo. El problema de todo esto es que si Placebo destacó fue, precisamente, por los tonos oscuros y las letras ambiguas que volcaron en el rock alternativo de los noventa.
Su público envejeció, pero ellos nunca firmaron un sonido sonrojante. Este tampoco lo es. Quedan en su legado trece temas contundentes, pegajosos, pero sin la perversión y el retorcimiento que los hizo especiales.
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