Este artículo se publicó hace 16 años.
Los Mossos d’Esquadra, en examen permanente
La reciente historia de la policía de Catalunya está marcada por luces y sombras
La policía catalana está de aniversario: este año se celebra el 25 cumpleaños de la Ley 19/1983 por la cual los Mossos d’Esquadra pasaron a ser la policía de Catalunya. Además, en noviembre próximo el despliegue habrá llegado su fin y los Mossos ya estarán presentes en las cuatro provincias catalanas.
Sin embargo, la reciente historia de la policía de Catalunya está marcada por luces y sombras y, a menudo ha sido la protagonista de los titulares de la prensa, y no por méritos policiales.
“La dureza policial (de los Mossos) ha superado en ocasiones a la de sus predecesores generando críticas por parte de los movimientos sociales”, afirma Jaume Asens, vocal de la Comisión de Defensa del Colegio de Abogados de Barcelona. Asens explica que muchas veces el problema de los Mossos tiene que ver con la prepotencia. “La falta de experiencia la suplen con arrogancia”, afirma el abogado y recuerda las manifestaciones del año pasado cuando los agentes salieron a la calle gritando consignas como “Saura dimissió”, “kubotan, kubotan, o “boti, boti, okupa qui no boti”.
Vigilar al vigilanteA principios de año, unas cien videocámaras de seguridad empezaron a controlar todas las áreas de traslado, registro y custodia de los detenidos en la comisaría de Les Corts, cumpliendo así el compromiso del conseller para evitar malos tratos policiales y falsas denuncias.
La instalación de las video-cámaras fue una promesa del conseller de Interior, Joan Saura, a raíz de una investigación interna, con cámaras secretas, que detectó dos casos de supuestos malos tratos en la sala de registros de la comisaría de Les Corts.
Cuando los abusos saltaron a la prensa, la imagen de los Mossos no pasó por su mejor momento. Sin embargo, según la última Encuesta de Seguridad Pública de Catalunya (ESPC), los ciudadanos conceden a los Mossos d’Esquadra un 6,5, sobre 10. La valoración del despliegue llega hasta el notable (un 7).
Falsas esperanzas“Hemos idealizado a los Mossos. Nos creímos que la policía sería como una madre Teresa de Calcuta”, dice Miquel Sellarès, autor del libro Un pas endavant. La història dels Mossos que mai no s’ha explicat, quien también añade “y la policía es la policía”.
Sellarès, que también fue director de Seguridad Ciudadana y ahora es presidente del Centro de Estudios Estratégicos de Catalunya, explica que, a menudo, la policía catalana es juzgada de manera poco realista, debido a “un complejo histórico y cierto miedo a los cuerpos policiales”. Los ciudadanos esperábamos de una nueva policía mucho, pensábamos que todo sería de color de rosa”. Sellarès lamenta que los Mossos sean duramente juzgados por la prensa y que se les observe con lupa cada uno de sus pasos.
Respecto a la arrogancia que muchos ciudadanos y algunas organizaciones de derechos humanos atribuyen a los agentes de la policía catalana, Sellarès afirma que “si se les compara con la Guardia Civil, ellos son unos angelitos que van con el lirio en la mano”. Además, según el ex
director de Seguridad Ciudadana el problema real reside en el poco “sentido de Estado” que muchas veces se tiene en Catalunya. Y advierte de que el próximo reto es “alimentar el cerebro “, es decir, que universitarios y gente muy especializada entre en el cuerpo.
De momento, se han creado varias medidas para luchar contra el maltrato policial como el Comité de ética de la policía o la Oficina de Promoción de la Paz y los Derechos Humanos o un protocolo contra los delitos homófobos.
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