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Una muestra de la Real Armería se inaugura en la Ciudad Prohibida de Pekín

Agencia EFE

Armaduras y otros preciados objetos de la Real Armería han viajado del Palacio de Oriente de Madrid a un oriental palacio, la Ciudad de Prohibida de Pekín, para una exposición que fue inaugurada hoy por autoridades chinas y españolas, en uno de los últimos actos del Año de España en China.

La apertura de la muestra, en la que no faltaron caballeros españoles y mongoles en sus monturas y ataviados con yelmos y armaduras, se celebró en uno de los patios del famoso palacio donde residieron los emperadores de las dinastías Ming y Qing.

El embajador de España en China, Carlos Blasco, y Maribel Serrano, la directora general de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (SEACEX, organizadora de la muestra), cortaron -con una espada, como no podía ser menos en una exposición así- la cinta inaugural de la muestra pequinesa.

Serrano destacó a Efe que es "todo un privilegio" para España poder tener una exposición en un escenario de tal calibre, y señaló que espera que la muestra pueda ayudar al público chino a conocer una parte de la historia española.

"La Real Armería es una de las mejores colecciones del mundo en su género, observarla es adentrarse en la historia y la vida de cinco siglos de historia europea", explicó en el discurso de apertura.

La muestra, que estará en la sala de exposiciones de la Puerta Meridiana hasta el 6 de junio, no se ha podido inaugurar en un mejor momento, ya que durante las vacaciones del Día Nacional de China (1 de octubre) se espera que 500.000 chinos visiten la Ciudad Prohibida.

También viajó a Pekín para la apertura de la muestra el gerente de Patrimonio Nacional, José Antonio Bordallo, quien destacó que su institución, que gestiona palacios y monasterios reales, quiso traer una de sus colecciones más queridas a tierras chinas, con ocasión de este año tan especial para las relaciones hispano-chinas.

La muestra consta de 150 objetos, principalmente armaduras, armas blancas o de fuego y otras piezas que, más que en guerras, se utilizaron en juegos de caza, justas y como muestra del poderío español en las épocas de Carlos I y Felipe II.

La colección fue iniciada por el segundo de estos monarcas, quien estableció a sus sucesores que no vendieran nunca sus armas, pese a que hasta entonces era tradicional que a la muerte de un rey vendiera en las almonedas estas pertenencias, para pagar deudas.

En su mayoría fueron creadas por artesanos italianos y alemanes, en tiempos en que ciudades como Milán o Nuremberg eran las capitales de la "moda" para estos trajes de acero.

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