El golpe instantáneo de éxtasis que sintió Rafael Nadal tras su épico triunfo en las semifinales del Abierto de Australia sobre su compatriota Fernando Verdasco no duró mucho.

El número uno del mundo era todo sonrisas cuando abrazó a Verdasco tras vencer por 6-7, 6-4, 7-6, 6-7 y 6-4 en el partido más largo en la historia del Abierto de Australia.

"Será uno de esos partidos que en tu vida vas a olvidar. Emocionalmente fue impactante. Especialmente en el último juego cuando estábamos 0-40, casi que lloro. Era mucha la tensión", dijo Nadal durante una rueda de prensa.

"Sólo se puede ganar estando perfecto mentalmente, he luchado hasta el final y ha salido todo bien, pero él ha jugado un desempate a un nivel estratosférico", opinó sobre Verdasco.

El alivio y el júbilo de Nadal por haber llegado a su primera final en Melbourne Park rápidamente dio paso a preocupaciones respecto al coste físico de un partido que pareció un duelo de boxeo de pesos pesados.

En la final Nadal se enfrentará el domingo a su gran rival, Roger Federer, sabiendo que tendrá que jugar aún mejor que el suizo, quien ha tenido un día extra para recuperarse tras imponerse ante el estadounidense Andy Roddick en semifinales.

Nadal ha vencido a Federer en las últimas tres finales de Roland Garros y también lo derrotó en Wimbledon el año pasado, en uno de los partidos impresionantes de la historia, pero esta será su primera final de un torneo de grand slam sobre cemento.

"Jugar contra Roger es especial en cualquier sitio, pero jugar otra final de un grand slam (contra él) es más emocionante. Para mí, (Federer) es un jugador impresionante y preferiría a otro oponente, pero el deporte es así y hace que sucedan estas cosas", manifestó Nadal.

"No sé cómo voy a estar para la final. Pero voy a hacer todo lo posible por recuperarme y llegar el domingo preparado e intentar ganar, que sería impresionante", admitió.