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La negociación autonómica de servicios mínimos para el 29-S

En Catalunya los servicios mínimos serán como en 2002, en Andalucía el acuerdo es inminente y en Madrid difícil

G.A. / R.B. / B.C.B.

Catalunya. Mínimos como el 2002

Los sindicatos y el Govern de la Generalitat acordaron ayer unos servicios mínimos para el 29-S similares a los de la última huelga general, la del 2002. El Consell de Govern los aprobará hoy por decreto. En cuanto al transporte público, se garantizará un 25% del servicio en las horas punta, de 6 a 9 de la mañana y de 17 a 20 horas de la tarde.

En caso de que haya dos tipos de transporte para el mismo trayecto, uno podrá suspenderse, siempre y cuando se cumpla globalmente un 25% de toda la oferta habitual.

En el sector de la enseñanza, se obliga a que en cada centro trabajen por lo menos el director y un profesor, mientras que en los hospitales se garantizarán las intervenciones inaplazables y los servicios de urgencia de un día festivo. 

Los sindicatos UGT y CCOO negocian aún un acuerdo de servicios mínimos con la Junta de Andalucía. Al cierre de esta edición las centrales habían presentado una contraoferta a la administración. El acuerdo se cerrará previsiblemente hoy.

Los criterios serán los mismos utilizados en la huelga general contra el decretazo de Aznar, considerándose la jornada como si fuera un día festivo. Según fuentes sindicales, los puntos de fricción se refieren sobre todo a los sectores del transporte y la educación.

En en el Metro de Sevilla, por ejemplo un día festivo puede trabajar hasta el 40% de la plantilla, mientras que las centrales quieren rebajarlo hasta el 25%. En los colegios, se discute si el director debe trabajar con algún compañero o en solitario. 

Desde la Comunidad de Madrid no se andan con ambages: las negociaciones no marchan bien. El Gobierno de Esperanza Aguirre y los sindicatos ya llevan varios días de conversaciones infructuosas y se han dado de plazo hasta el jueves para lograr un acuerdo de mínimos.

Fuentes de la Administración madrileña se quejan de que el Gobierno central no les explica los criterios mínimos para negociar. En Catalunya no existe ese problema.

Ni en sanidad, ni en educación ni en transporte los sindicatos madrileños han encontrado un punto de conexión con el Gobierno de Aguirre, que hace una semana abrió contra ellos una guerra por los liberados.  

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