Espantoso. Infernal. Horripilante. Cuentan las malas lenguas que los periodistas que cubrieron el año pasado la sección oficial de la Mostra de Venecia acabaron haciendo la ola el último día del certamen: la pesadilla había terminado. Por fin podían volver a sus hogares, ponerse las gafas de pasta de andar por casa, enchufar el DVD y ver algo decente.

Exageraciones aparte, las cosas pueden ser diferentes este año. Primero, porque todo indica que no será difícil superar el nivel de 2008. Segundo, porque en el pasado Festival de Cannes se pudieron contar con los dedos de una mano las grandes películas. 2009 podría ser el año de Venecia. He aquí algunas líneas maestras de la nueva Mostra. Ojo: el cine de género se impone.

Puede que el título más esperado de la competición sea el remake de Teniente corrupto (Abel Ferrara, 1992), dirigido por el cineasta alemán Werner Herzog. Al parecer, Herzog prescinde de todo el rollo metafísico del original la historia de un policía depravado con delirios religiosos para centrarse en la acción pura y dura. ¿Qué surgirá del choque de trenes entre esas dos prima donnas del cine de autor llamadas Ferrara y Herzog?

Además, también habrá que comparar el filme del autor de Fitzcarraldo con el otro policíaco puro de la sección oficial: la hongkonesa Accident, dirigida por Cheang Pou Soi y producida por Johnnie To, uno de los reyes del cine negro oriental. Sin olvidar que el prestigioso Premio Gloria Jaeger-LeCoultre para el Cineasta irá a parar (polémica mediante) a las manos de un icono de los tiros y la acción ochentera: Sylvester Stallone.

Michael Moore opta por la tragicomedia para señalar a los culpables de la crisis

Mr. Nobody, del belga Jaco Van Dormael, cuenta la historia del último hombre mortal sobre la faz de la Tierra: corre el año 2029 y la ciencia ha descubierto la fórmula de la inmortalidad. Más pesimista suena La carretera, adaptación de la novela apocalíptica de Cormac McCarthy, en la que un fatigado Viggo Mortensen vaga por paisajes con pocos árboles y menos humanos.

Pero si se busca un apocalipsis raro de verdad, la película es el tercer capítulo de Tetsuo, saga ciberpunk del japonés Shinya Tsukamoto. El primer Tetsuo (1989), con una rompedora música industrial, dejó tronado a más de uno.

La prueba de que la Mostra va en serio con el cine de género tiene nombre y apellido: George A. Romero. El veterano autor de la seminal La noche de los muertos vivientes (1968) viene con una nueva ración de zombis: Survival of the dead. Y no sería raro ver en los pases del filme de Romero a dos de sus alumnos aventajados: Jaume Balagueró y Paco Plaza. Los cineastas catalanes presentan hoy en la sección oficial, aunque fuera de competición, la esperada segunda parte de REC, posiblemente la película española más influyente de los últimos años.

Lo más esperado es el remake de Teniente corrupto, de Werner Herzog 

Eso sí, más allá del cine de género, en Venecia habrá dramas históricos. Desde Sri Lanka llega Between two worlds, de Vimukthi Jayasundara, que analiza los efectos de un cuarto de siglo de guerra civil. También se tira al barro histórico Prince of Tears, del director de origen chino Yonfan, que viaja hasta el Taiwan anticomunista de los cincuenta. Por su parte, Il grande sogno, de Michele Placido, retrata a los jóvenes italianos que optaron por la vía revolucionaria en 1968.

En clave más íntima transita la ópera prima del modisto Tom Ford, Un hombre soltero, que adapta una novela de Christopher Isherwood de 1964, sobre las tribulaciones de un profesor homosexual.

Por último, y haciendo uso de una licencia poética, incluimos a Michael Moore y su Capitalismo. Una historia de amor, en el que el popular cineasta opta por la tragicomedia para señalar a los culpables de la crisis económica: tiburones financieros, grandes corporaciones.

No será Moore el único que ponga a caldo al capital: Soderbergh y Matt Damon, con The Informant!, arremeten contra el mundo corporativo, y Oliver Stone prosigue con sus polémicos retratos políticos con South of the Border sobre Hugo Chávez.