Los Oscar brillan de nuevo

Hugh Jackman salió, cantó, bailó y convenció a más de 36 millones de personas en EEUU. Muchos no apostaban por el hombre más sexy del mundo para presentar la gala más importante del séptimo arte, pero los datos hablan por sí solos: 6% más de audiencia para una ceremonia televisiva que estaba de capa caída.

Tras el terrible descenso de audiencia de la pasada edición de los Oscar 2008 -registró un mínimo récord de 32 millones de espectadores en EEUU- presentada por el cómico Jon Stewar, la cadena norteamericana ABC ,que tradicionalmente retransmite la gala del cine, ha visto aumentado su éxito de cuota de pantalla un 6% según informa Vertele.com.

Según Nielsen, la empresa encargada de medir las audiencas en EEUU, la retransmisión de la cadena ABC logró un 35% de share entre las 20.30 y las 23.45 horas, lo que significa un 23,3% de rating.

Los organizadores de la ceremonia 2009 y los productores, novatos en los Oscar, Laurence Mark y Bill Condon, ya habían declarado a primeros de febrero que preparaban "sorpresas" para los nominados y que iban a tomar "riesgos temerarios" para lograr que el público se interesara de nuevo por los premios de la Academia.

El monólogo-discurso mítico inicial fue sustituído este año por una coreografía con canción incluida de Hugh Jackman. El sexy actor, acompañado en el escenario por Anne Hatheway se metió así en el bolsillo a público y asistentes nada más dar comienzo la ceremonia.

Otra de las innovaciones fueron los participantes. La Academia decidió que las estatuillas a las mejores interpretaciones fueran otorgadas por cinco premiados en anteriores ediciones que, además, dedicaban unas palabras de ovación a cada uno de los nominados y nominadas antes de abir el sobre con el nombre del ganador. 

Así, por ejemplo, Anjelica Houston fue la encargada de felicitar a Penélope por su nominación y su trabajo en 'Vicky Cristina Barcelona'. No sabemos si gracias a sus palabras pero el breve discurso de la actriz le dio suerte a la chica de Alcobendas que terminó llevándose a casa la estatuilla.