Pedro Halffter ensaya en el Teatro Maestranza "Tristán e Isolda", la famosa obra de Richard Wagner cuya belleza le tiene "fascinado" y que pondrá el broche de oro a la temporada de abono de ópera del coliseo sevillano.

La expectación creada con motivo de este estreno en Sevilla el próximo 22 de mayo es tal, que desde hace meses están agotadas las 7.200 localidades puestas a la venta, lo que Halffter atribuye al "gran reparto" reunido para la ocasión y al interés que siempre despierta semejante "mito operístico".

En entrevista con Efe, el director artístico del Maestranza y director musical de la Sinfónica de Sevilla desgranó los aspectos que encierra la partitura que ha sido su inseparable compañera en los dos últimos años.

Pero su magnetismo hacia "Tristán" le venía de mucho antes, pues cuando era un niño, su padre, el compositor Cristóbal Halffter, siempre le hablaba de esta obra como algo "extremo, fuera de lo humano por su extraordinaria belleza".

El joven director madrileño ha podido comprobar que ciertamente esta música hechiza y enamora, como hacen los filtros de amor que la doncella de Isolda, Brangäne, introduce en las copas de las que beben Tristán e Isolda, lo que producirá una irresistible atracción entre sus almas que ni la muerte podrá cortar.

Halffter reconoció que la grandiosidad de esta música le ha "atrapado de forma tan intensa", que ha preferido siempre estudiar la obra por las mañanas, en las primeras horas del día, porque si lo hacía por las noches "ya no era capaz -ha dicho- de dormirme después".

Para estas representaciones, el Maestranza contará con una producción de la Ópera de Roma dirigida por Pier'Alli, quien según Halffter "cuenta la historia tal como la presenta el libreto y su puesta en escena es preciosa; es un director de escena clásico y respeta todas las situaciones, dejando que las imágenes ayuden a la música".

Como protagonistas actuarán dos consolidados cantantes wagnerianos asiduos del prestigioso Festival de Bayreuth: el tenor Robert Dean-Smith (Tristán) y la soprano Evelyn Herlitzius (Isolda).

Wagner escribió la partitura de esta ópera -dura cuatro horas- entre 1857 y 1859 y también es autor del libreto, que está basado en la leyenda medieval de Tristán, un héroe de Cornualles que comete traición, motivada por un amor al que se ha visto forzado tras ingerir una poción mágica.

Ante una obra de semejante envergadura, su director musical trabaja intensamente y avanza con pies de plomo en los numerosos ensayos orquestales y de conjunto programados. Pedro Halffter se ha propuesto que la orquesta alcance "ese sonido bello y redondo que precisa 'Tristán e Isolda'".

Nunca antes se habían hecho tantas sesiones de trabajo para montar una ópera en el Maestranza, según Halffter, quien precisó que la orquesta está realizando un "esfuerzo enorme porque la obra lo merece, desde la primera nota a la última".

Y no es para menos, pues se trata de una de las óperas más revolucionarias jamás compuesta, que destaca por el uso tan desarrollado del cromatismo y la tonalidad.

El director madrileño explicó que mientras en "El holandés errante" (la primera ópera de Wagner que dirigió) el compositor todavía buscaba un lenguaje propio, en "Tristán e Isolda" encuentra "la madurez más absoluta y se desenvuelve en su forma de escritura más amplia y en el contrapunto".

David Cuesta