Este artículo se publicó hace 15 años.
El pelotazo de Ross Brawn
Mercedes compra por 1235 millones de euros el 75% de una escudería que el ingeniero adquirió por una libra. En ocho meses, y tras ganar el Mundial de pilotos y de constructores, el inglés saca petróleo
Ross Brawn será estudiado como ejemplo en las escuelas de negocios. El talento del ingeniero inglés triunfa en los circuitos y arrasa en las finanzas. Brawn cerró ayer una operación que, con mínimos riesgo e inversión, le reportará más de 100 millones de euros de beneficio. Vendió su exitosa escudería campeona del mundo de constructores y de pilotos (Jenson Button) a Mercedes, que volverá a la F1 con equipo propio 55 años después de su última participación, en 1955.
Dieter Zetsche, presidente de Daimler, el fabricante de Mercedes, anunció ayer que su empresa compra el 45% de Brawn GP, que pasa a llamarse Mercedes Grand Prix, y que Aabar, un fondo inversor de Abu Dhabi que controla el 8% de las reservas mundiales de petróleo, adquiere otro 30% de la escudería inglesa. En total, ambas compañías han pagado 110 millones de libras, 123,5 millones de euros, por el 75% de Brawn.
Varios equipos atribuyeron sus éxitos a los famosos difusores
Hace ocho meses, el 6 de marzo, Ross Brawn compró todas las acciones de Honda por el simbólico precio de una libra (1,1 euro). La marca japonesa anunció su retirada de la F1 en diciembre de 2008 y buscó sin éxito durante tres meses algún inversor fuerte al que le interesara entrar en la élite del automovilismo. Brawn esperó, y a última hora, 23 días antes del comienzo del Mundial en Australia, se presentó como única y desesperada solución. El ingeniero británico llevaba más de un año trabajando como director deportivo en la enorme fábrica inglesa de Barkley, sede de Honda en Europa, así que conocía al dedillo las interioridades del equipo. Sabía que los nipones querían evitar el desmantelamiento de las enormes y modélicas instalaciones por el enorme coste económico que conllevaba tal operación trabajaban en ella casi 500 empleados, así que no sólo le salió gratis el equipo, sino que logró que Honda pusiera 100 millones de euros con los que afrontar la disputa del campeonato. Además, Bernie Ecclestone, presidente de la F1 y primer interesado en llenar el hueco dejado por los asiáticos, le adelantó 35 millones correspondientes a los derechos televisivos.
Brawn aterrizó en Australia de la mano de un patrocinador provisional, Virgin, multinacional británica del ocio, y el 29 de marzo los dos bólidos blancos de Button y Barrichello firmaron el primero de sus cuatro dobletes. Cuando sus sorprendentes coches cruzaron la meta de Melbourne, el ingeniero inició otra carrera en los despachos. Varios equipos atribuyeron la superioridad de los Brawn a una pieza aerodinámica que marcó el primer tercio del Mundial: el difusor trasero. Aprovechando una laguna legal, Brawn había diseñado para Honda una máquina que vencía como ninguna la resistencia del aire. Un vehículo ganador que, por un euro, le ha llevado a la gloria deportiva y económica.
Un doblete históricoBrawn suma ya 16 títulos mundiales, 11 de ellos con Ferrari
Los éxitos de 2009 revalorizaron la marca Brawn hasta el punto de que, según un estudio de impacto publicitario realizado por la consultora Margaux Matrix, su valor era superior a los 170 millones de euros en octubre, cuando aún no había certificado los dos títulos mundiales. Ahora, Mercedes y Aabar han pagado 123,5 millones por el 75%. El 25% restante lo conserva Brawn, que seguirá como jefe del equipo Mercedes GP.
El astuto Ross, que el lunes celebrará un 55 cumpleaños muy feliz, siempre se guarda un as en la manga. Dentro y fuera de la pista. El difusor ha sido su penúltima jugada. Antes adquirió fama por manejar como nadie la táctica de los repostajes. Brawn suma 16 títulos mundiales tres en Benetton (1991 a 1995), 11 en Ferrari (1996 a 2006) y dos en Brawn (2009) y, desde ayer, es el campeón del pelotazo.
55 años de espera para un regreso con tirónLa F1 siempre se reinventa. Tras un año de escándalos y polémica, la presencia de Mercedes GP inyecta al Mundial el interés de la presencia en la parrilla de las marcas míticas del automovilismo. Mercedes, Ferrari y McLaren anuncian duelo de lujo. Los bólidos de F1 tienen dos componentes básicos: chasis y motor. Salvo excepciones, los fabricantes, caso de Renault, Ferrari o los desaparecidos Honda, BMW y Toyota, diseñan armazón y mecánica. En cambio, las escuderías deportivas crean el chasis y montan el motor del fabricante con el que firman un acuerdo. Mercedes ya tenía mucha presencia en la F1 porque su mecánica empuja a los McLaren (desde 1995), Force India y a los Brawn que acaba de adquirir.
La historia deportiva del gigante quedó marcada en 1955, cuando el Mercedes 300 SLR pilotado por el francés Levegh en las 24 Horas de Le Mans intentó esquivar a un rival que, en una maniobra súbita, se le plantó delante. A más de 200 km/h, Levegh derrapó, perdió el control, colisionó y el vehículo voló en llamas hacia las gradas, donde se desintegró. Murieron él y 82 espectadores. Una orden llegada desde la central de Stuttgart obligó a retirarse al equipo en Le Mans y, días más tarde, la marca dejó toda competición.Mercedes volvió a correr en 1987, pero nunca en F1 con escudería propia. Fangio obtuvo sendos títulos con Mercedes en los dos únicos Mundiales disputados por la marca: 1954 y 55 (hasta 1958 no hubo campeonato de constructores). En 2010 aspira al título merced a la base de Brawn y a trabajar en su propio motor, todo bajo el magisterio de Ross Brawn. La intención del equipo es, además, retomar la bandera germana, huérfana desde la retirada de Schumacher. Todo indica que el primer piloto será el alemán Nico Rosberg, al que puede acompañar su paisano Nick Heidfeld. El inglés Jenson Button, campeón del mundo con Brawn, negocia con McLaren.
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