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"El pintor de su deshonra", en escena por primera vez en más de un siglo

EFE

La Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) trae a Madrid la obra de Calderón de la Barca "El pintor de su deshonra", que no se ha interpretado en nuestro país desde hace más de un siglo y que cierra el capítulo de tragedias de honor del escritor interpretadas por la compañía.

Dirigida por Eduardo Vasco, la entidad continúa así con su intención de mostrar "las facetas poco habituales y menos conocidas" de los autores clásicos, como sucede en este caso con "El pintor de su deshonra", estrenada hace un mes en Sevilla y en la que se ve al Calderón más contracultural.

"Aunque esté considerado un autor algo encorsetado, aquí plantea por primera vez en el Siglo de Oro un debate sobre si la sociedad debe regirse por esa ley tan castiza del honor, e incluso maldice su sinsentido", ha explicado hoy Vasco en la presentación de la obra, que estará hasta el 25 de mayo en el Teatro Pavón.

En ella, Serafina se casa con el pintor Don Juan Roca después de que su amado naufrague y sea dado por muerto. Al cabo de los años, él regresa y huyen juntos, pero Don Juan los perseguirá hasta encontrarles y darles muerte.

Sin embargo, tal y como explicó Vasco y pudieron comprobar en el estreno en Sevilla los actores de la CNTC, el hecho de que el desenlace final sea asumido como algo natural por los padres de los amantes -y, por extensión, por toda la sociedad de la época- es la parte que más le choca al público actual.

Algo que hay que colocar, según Rafael Pérez Sierra, autor de esta versión, "en su justo lugar histórico" y que ya sucedió, aunque en menor medida, con la leyes internas de "El médico de su honra", la otra gran conocida de las tragedias de honor de Calderón, interpretada anteriormente por esta compañía.

"Somos seres históricos y estamos aquí por el lugar de donde venimos", ha afirmado Pérez Sierra antes de explicar que en el código penal anterior "sólo se castigaba con el destierro" al marido que impartía su particular ley a mujer y amante.

"Es un efecto calculado por Calderón para hacer ver el sinsentido del conjunto, ya que, hasta ese final, es una obra fluida, suave, con cambios de escenario constantes y con escenas que parecen incluso de comedia", ha añadido Vasco.

Otro aspecto importante de la obra es la reflexión en torno al arte, algo que se refleja en la gran metáfora barroca del pintor que no puede llevar al lienzo la belleza pura, y que se da en la impotencia creadora de Don Juan cuando intenta, sin conseguirlo, captar la hermosura de Serafina.

En un montaje en el que predominan las maderas y las telas pintadas, Vasco se sirve de los cuadros de grandes dimensiones que Don Juan irá delineando para jugar con la sugestión del espectador.

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