El Partido Popular encara la apertura del nuevo curso político con el objetivo de combatir la decisión del Gobierno de aumentar el gasto social y subir los impuestos, que a su juicio perjudican a las clases medias y trabajadoras, y exigirá austeridad a las administraciones públicas.

Así lo ha explicado el líder del PP, Mariano Rajoy, a los miembros de la Junta Directiva Nacional de su partido, reunida hoy por primera vez tras el paréntesis vacacional.

Rajoy ha remarcado que la crisis económica sigue, igual que "la evidente incapacidad del Gobierno para afrontarla", y ha criticado la política del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero de aumentar el déficit y la deuda, porque esto "supone una hipoteca de cara al futuro" para el país y hace "mucho más difícil" la recuperación económica.

También se opondrá el PP a la subida de impuestos anunciada por Zapatero -que, "si se confirma, es la más alta de la democracia"- porque perjudica "a pequeñas y medianas empresas, y a las familias, afecta la actividad económica, al consumo, al ahorro, a la inversión y también a la confianza".

"Y así es muy difícil que se pueda producir la recuperación", ha advertido, antes de añadir que es "muy grave" que las únicas recetas del Gobierno contra la crisis sean subir los impuestos, algo que es "incomprensible, un atentado contra el sentido común, que no es de derechas ni de izquierdas, sino un desastre".

Mientras tanto el Gobierno, según Rajoy, sigue "falseando el diagnóstico" de la situación, diciendo que "lo peor ya pasó, y no es verdad", y ha avisado de que cambiar la realidad "lleva a equivocar la terapia".

El PP mantendrá su política de control al Gobierno y defenderá su propia política económica, "la mejor para el país", que básicamente consiste en austeridad y control del gasto mientras se mantienen los servicios públicos y se ayuda a los emprendedores.

"Es ridículo", ha subrayado Rajoy, "decir que lo único que se puede hacer es subir los impuestos".

Para afrontar la situación, el PP está dispuesto a llegar a acuerdos con el Gobierno -como ya ha hecho con Afganistán o la política antiterrorista-, pero ello no significa que vaya a apoyar las medidas del Ejecutivo porque no quiere convertirse "en coartada de los disparates" del Gabinete de Zapatero.

Otras cuestiones que el PP tiene en su agenda son la financiación autonómica, sobre la que ha vuelto a quejarse de que no haya cifras claras de lo que percibirán las comunidades autónomas, y la financiación local, un compromiso que, a su juicio, ha incumplido Zapatero y que está ahogando a los ayuntamientos porque asumen más del 26 por ciento de gasto de competencias que no deberían atender.

Al PP también le preocupa la situación de las tropas españolas en Afganistán y por ello ha pedido que Zapatero explique en el Congreso el verdadero objetivo de la misión en este país, el coste de la misión y los riesgos de los soldados, después de que el Gobierno haya autorizado el envío de otros 200 efectivos.

"Zapatero tiene que decir la verdad", porque "no puede afrontar de tapadillo" esta cuestión "por incómoda que le sea", ha agregado,