La decisión de la Audiencia Nacional de condenar a los encausados en el sumario 18/98 ha sido alabada por el PP, mientras que ha suscitado la crítica unánime de los nacionalistas vascos.

El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, no ha opinado sobre el fallo, aunque ha informado de que la Policía y la Guardia Civil están llevando a cabo de forma coordinada las detenciones, que concluirán en las próximas horas.

Desde el PP, su secretario de Libertades Públicas, Ignacio Astarloa, ha expresado la "inmensa satisfacción" de este partido porque en estos días se "están culminando largos años de trabajo contra el corazón de la organización terrorista ETA".

También el secretario general del PP vasco, Carmelo Barrio, ha dicho que si la Justicia sigue funcionando así "cada día ETA estará más cerca de su fin".

Barrio ha insistido en que el de hoy es "un día importante" y ha mostrado el apoyo de su partido a todo lo que sea "dar pasos decididos en la derrota de ETA".

En cambio, el fallo y las detenciones han sido criticadas desde el nacionalismo vasco. Así, el portavoz del PNV, Iñigo Urkullu, consideró que el macrojuicio es "un paso más en el camino hacia el descrédito que una parte de la judicatura ha decidido seguir".

Urkullu ha afirmado que dicho proceso "es un episodio del pasado que no resiste el contraste con los procedimientos judiciales de una democracia asentada".

Desde Eusko Alkartasuna, su portavoz, Onintza Lasa, ha denunciado que en el sumario 18/98 ha habido un "claro impulso político" y una "vulneración" de derechos de algunos de los procesados.

Ha asegurado que en su partido conocen personalmente a algunos de los procesados y que saben "perfectamente de su total compromiso con la defensa de los derechos humanos" y que nada tienen que ver "con estrategias violentas".

También Ezker Batua (EB) ha criticado las detenciones porque, a su juicio, buscan generar más crispación y "ponen en riesgo el carácter imparcial" de la justicia, según su portavoz, Oskar Matute.