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El presidente paquistaní descarta dimitir y reclama su espacio

EFE

El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, rechazó hoy que piense dimitir como presidente o tolerar un recorte de sus poderes y reclamó su espacio en el "camino democrático" emprendido por el país.

"No me quedaría quieto si se recortan mis poderes", aseguró Musharraf en una entrevista con editores paquistaníes transmitida en directo por el canal de televisión Dawn, con la que rompía su silencio tras semanas de rumores sobre su dimisión y exilio.

"No tengo una casa fuera de Pakistán y no la quiero", dijo.

Reelegido en octubre de 2007 en un voto parlamentario de cuestionada legalidad, Musharraf se ha visto aislado tras la derrota del partido que lo sustentaba, la Liga Musulmana-Q (PML-Q), en las elecciones de febrero pasado.

Tres meses antes, había renunciado a la Jefatura del Ejército.

En sus declaraciones de hoy, Musharraf ofreció una rama de olivo al Gobierno al constatar que, si usara sus poderes constitucionales para disolver el Parlamento, sólo traería inestabilidad a Pakistán.

Pero, al mismo tiempo, el presidente se quejó de los constantes ataques que recibe y reclamó que nadie "socave" el "prestigio" de la institución que ostenta.

"No estoy preparado para convertirme en un vegetal inservible", aseveró.

Las palabras del otrora poderoso líder no ocultaban su disgusto por el aislamiento a que ha sido sometido: "debo preguntar si tengo un papel en el futuro de Pakistán", manifestó.

Musharraf se mostró dispuesto a acatar cualquier decisión del nuevo Parlamento, en el que tiene mayoría el Partido Popular (PPP) de la asesinada Benazir Bhutto, seguido por la Liga Musulmana-N de Nawaz Sharif.

"Iría hoy mismo (al Parlamento) si la Presidencia y los miembros de la Cámara me garantizasen que podría expresarme y que me escucharían", ofreció, tras criticar que, desde 1989, "todos los presidentes han sido humillados en la sesión parlamentaria conjunta".

La Liga de Sharif reclama un voto del Parlamento para destituir a Musharraf, a quien quiere ver juzgado por "traición".

Los ministros de la Liga abandonaron el Gobierno el pasado 13 de mayo, tras faltar el PPP a su compromiso de restituir a los jueces del Supremo expulsados por Musharraf en noviembre de 2007, cuando impuso un estado de excepción que duró mes y medio.

El Supremo estudiaba entonces recursos sobre la legalidad de la reelección de Musharraf y de la amnistía concedida a Bhutto, que había permitido su regreso del exilio.

El presidente defendió la imposición del estado de excepción para evitar que "descarrilara el proceso democrático" por la intervención de los jueces, y defendió que es el Parlamento el que debe decidir ahora si los restituye.

Musharraf abogó por continuar el camino de la "reconciliación" que, según dijo, inició él mismo con el abandono de la jefatura del Ejército y la celebración de elecciones.

"La Presidencia no quiere la confrontación con nadie", declaró, y con ese mismo argumento evitó comentar la reciente petición del Gobierno a la ONU de una investigación sobre el atentado a Bhutto en diciembre de 2007.

El PPP, que hoy lidera el viudo de Bhutto, Asif Zardari, ha preparado un borrador de reforma constitucional que recorta los poderes del presidente, con el que de momento ha optado por una cohabitación necesaria pese a la presión de Sharif.

Tras las declaraciones de Musharraf, el portavoz de la PML-N, Siddique-ul-Faruq, dijo a Efe que sólo deja la opción de "recurrir al impeachment" o destitución en el Parlamento.

Faruq mantuvo que "no hay diferencias serias" con el PPP en ese punto, que sólo se retrasa "por discusiones internas" en el partido de Zardari.

"La nación ha dado el mandato para que Musharraf sea destituido y no le podemos fallar", declaró.

Además de la deuda que contrajo con él el partido de Zardari, los analistas consideran que Musharraf está protegido por el apoyo que aún le brinda EEUU, aunque dan prácticamente por seguro que éste acabará cuando en enero próximo se produzca el relevo en la Casa Blanca.

Musharraf descartó que su supervivencia en el cargo dependa del apoyo de Bush.

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