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El PSOE defiende la progresividad de la deducción de 400 euros, que el PP tacha de cacicada

EFE

El PSOE insistió hoy en defender su compromiso de deducir 400 euros de la cuota del IRPF, una medida que los dirigentes de este partido aseguraron es progresiva y beneficiará sobre todo a las rentas más bajas, mientras el PP la calificó de "cacicada" y ocurrencia de última hora.

Una día después de que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunciara esta medida, que afectaría a trece millones de contribuyentes (rentas del trabajo y pensionistas), varios miembros del Ejecutivo la respaldaron como "eficaz", "posible" y "viable".

Con estos adjetivos se refirió a ella la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, quien aseguró que la medida se ha anunciado "en tiempo y forma" para poder hacer las modificaciones técnicas necesarias antes de su aprobación, prevista para el primer Consejo de Ministros tras el 9 de marzo si el PSOE gana las elecciones.

Fernández de la Vega señaló que la medida va "al corazón de las familias", y "no puede ser más progresiva", porque la deducción se hará sobre la cuota y no sobre la base.

Esto supondrá, por ejemplo, que quienes contribuyan al impuesto con 400 euros o menos no tendrán que pagar nada y la medida les beneficiará un cien por cien, mientras que los que contribuyan con 4.000 euros vean reducido el pago del impuesto en un diez por ciento, añadió.

El ministro de Trabajo y coordinador del programa electoral socialista, Jesús Caldera, insistió por su parte en que la propuesta supondrá proporcionalmente más para quien menos cobre.

Caldera, además, la contrapuso a la rebaja fiscal presentada por el PP, con la que, aseguró, el último gran fichaje de ese partido, Manuel Pizarro, dejaría de pagar a Hacienda unos 180.000 euros.

Pizarro fue precisamente uno de los numerosos miembros del PP que hoy se prestaron a criticar la iniciativa.

El número dos de la lista de los populares por Madrid calificó la promesa socialista de "regalito" del Gobierno, y aseguró que el prefiere sistemas fiscales "creíbles y predecibles", en los que los contribuyentes sepan claramente lo que pagan.

El secretario general de los populares, Angel Acebes, la consideró una "ocurrencia de última hora" y con la que el Gobierno pretende dar "manotazos para salir del charco económico" tras "cuatro años cruzados de brazos.

Acebes aludió a la "falta de ideas" del Gobierno y aseguró que la "jugarreta" consiste en "cobrar 400 euros más y luego devolverlo como si fuera un regalo a cambio de que le votes".

En la misma línea, el portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, consideró que esta propuesta es "ejemplo del caciquismo de otras épocas", por estar vinculada a que el Gobierno revalide la confianza en las urnas, cuando "tiene que actuar todos los días".

También el ex presiente del Gobierno José María Aznar acusó a los socialistas de recurrir a "viejas prácticas caciquiles" y a la "compra de votos".

Ante el aluvión de críticas de dirigentes y candidatos populares, la secretaria de Política Económica y Empleo del PSOE, Inmaculada Rodríguez Piñero, insistió en que la promesa es "progresista y progresiva", ya que beneficia más a quienes menos renta perciben.

Rodríguez Piñero lamentó además que Pizarro hablara de "regalitos", cuando ha ganado "quince millones en un año", aunque añadió que es "comprensible" que quien tiene una renta como la del ex presidente de Endesa "desprecie el ahorro y la mejora que para la mayoría de familias supondrá esta medida".

En cualquier caso, las críticas a la medida no se quedaron en el PP, y el candidato de CiU al Congreso Josep Antoni Durán i Lleida consideró la promesa como una manera "frívola e insuficiente de afrontar los problemas".

Por su parte, el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, calificó como Zaplana la propuesta de "caciquil", y la consideró un "error" dada la coyuntura actual.

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