Este artículo se publicó hace 13 años.
El régimen tunecino promete apertura en medio del caos
El nuevo presidente interino, Fuad Mebaza, anuncia un Gobierno de "unidad nacional", pero la represión continúa.
Los gigantescos retratos de Ben Alí que hasta ahora pendían de numerosos edificios de la capital tunecina empezaron ayer a desaparecer, cuando apenas si habían pasado unas horas desde que el dictador emprendiera el camino del exilio. Pero la caída del rostro visible de la dictadura no basta al pueblo ansioso de cambio que lo ha derrocado con sus protestas, y que ahora exige a quienes han asumido el poder que den señales de que el prometido cambio será real.
Lo primero que la cúpula del poder en Túnez hizo ayer fue cerrar las puertas detrás del dictador. El Consejo Constitucional decretó el "vacío de poder" y, en virtud del artículo 57 de la Constitución, nombró a Fuad Mebaza, hasta ahora presidente del Parlamento, nuevo presidente interino en sustitución de Mohamed Ghanuchi, el primer ministro que, tras la huida de Ben Alí, había asumido el cargo.
Un incendio en una cárcel causó la muerte de al menos 42 presos
Si Ghanuchi hubiera continuado en el puesto, el retorno de Ben Alí hubiera sido en teoría posible, pues la Carta Magna tunecina sólo permite la presidencia interina del jefe del Gobierno en caso de "impedimento provisional de presidente".
A la una de la tarde de ayer, Ghanuchi se reunió con los líderes de los tres partidos de la oposición legal, el Partido Democrático Progresista (PDP), el movimiento Ettajdid, y el Foro Democrático por el Trabajo y las Libertades (FTDL), todos de centro-izquierda. De esta reunión, confirmó a Público Mustafá Ben Jaafar, líder del FTDL, los opositores salieron con un compromiso: su participación en un Gobierno de unidad nacional, que podría anunciarse entre hoy y mañana. La vía de un Ejecutivo transitorio de unidad hasta que se celebren elecciones ha sido recibida con un cauto optimismo por estos tres pequeñospartidos que adolecen de falta de base social. Pero persiste una cierta desconfianza.
"La principal garantía que pedimos al Gobierno no es nuestra participación en un Gabinete de salvación, sino que haya un mensaje claro a la opinión pública de que se ha pasado definitivamente la página y que no se va a hacer algo nuevo con los mismos materiales con los que estaba hecho lo viejo", resumía Ben Jaafar. La misma idea que formuló luego el líder de Ettajdid, Ahmed Brahim, que en un comunicado exigió "una ruptura total con el régimen despótico".
La capital amaneció ayer tomada por los antidisturbios y legiones de policías
Aunque la negociación continuará hoy en una nueva reunión, Gobierno y oposición ya han llegado a puntos de consenso, según Ben Jaafar. El principal es la puesta en marcha de una "comisión independiente encargada de aplicar las reformas", además de otros dos comités que se ocuparán de estudiar los abusos de las fuerzas del orden en el mes que han durado las protestas (66 tunecinos murieron en ellas, según la Federación Internacional de Derechos Humanos) y las denuncias de corrupción.
La primera es la más importante desde el punto de vista político, pues será la que deberá estudiar la principal exigencia de la oposición: la reforma de la Constitución y del Código Electoral.
Miedo a una pantomimaSi los tunecinos votan sin que se hayan cambiado estas normas, concebidas a medida del partido hegemónico de Ben Alí, la Reagrupación Constitucional Democrática, la transición será una pantomima. Ninguno de los tres partidos de oposición olvida que aún no se puede excluir el riesgo de que los colaboradores del dictador que lo han reemplazado pretendan sólo reinventar la dictadura con un maquillaje democrático.
De ahí que recibieran con recelo el nombramiento de Mebaza como presidente. El motivo es que la ley prevé que cuando el presidente del Parlamento asume la dirección del país, el plazo para organizar las elecciones debe ser sólo de entre 45 y 60 días, en lugar de los seis meses de periodo transitorio que se habían anunciado anteriormente.
La capital amaneció tomada por los antidisturbios
Tarek Chaabuni, uno de los dos diputados con los que cuenta el partido Ettajdid, precisó a Público que, "aunque la esperanza de la democracia no se ha evaporado", el breve plazo en el que se celebrarán las elecciones complica las cosas a la oposición: "Si la Constitución exige que para presentar un candidato a las presidenciales hay que tener el apoyo de 30 parlamentarios, y el partido de Ben Alí los tiene todos, es imposible que en dos meses podamos prepararnos". Un punto de vista que comparte Halim Meddeb, del PDP, que ayer subrayaba que sin una reforma de la Carta Magna, su partido "no podrá competir".
Las sospechas que suscitan las auténticas intenciones del poder en Túnez se ven aumentadas por la represión que no cesa. La capital amaneció tomada por los antidisturbios, legiones de policías de paisano y militares, que situaron dos de sus carros de combate en la avenida Habib Burguiba.
En otra de las arterias de la ciudad, la avenida de París, los antidisturbios lanzaron gases lacrimógenos, tras una noche de toque de queda en la que no pocos jóvenes fueron apaleados. El caos no quedó fuera de los muros de las cárceles. En Monastir, en el centro de Túnez, 42 presos murieron en un incendio provocado por un motín en el que varios presos lograron evadirse. En otras prisiones, las de Mahdia, Kaserín, Gafsa, Bicerta y Mornaguía, los internos también se amotinaron; en las dos últimas, decenas de reos lograron darse a la fuga.
"Aspiro a una transición como en España"Youssef Tlili. Estudiante de Derecho y militante
Youssef Tlili estudia la carrera de Derecho y, como muchos de sus coetáneos, este tunecino de 24 años no se conforma con nada que no sea la democracia en su país. Dice estar “orgulloso” de militar en el partido de izquierdas Ettajdid y en el sindicato semiclandestino Unión General de Estudiantes Tunecinos. Tlili pertenece a una familia de luchadores: su tío está en la cárcel, su abuelo, Ahmed Tlili, luchaba por la democracia en el país magrebí ya en los años sesenta y fue asesinado en París en 1977.
¿Por qué hay tanto hastío en la juventud tunecina?
La población de Túnez es mayoritariamente joven, y resulta que los jóvenes éramos las principales víctimas del antiguo sistema. Salíamos de la universidad para no encontrar trabajo, y luego la policía y la Administración pisoteaban especialmente nuestros derechos. Lo que hemos demostrado es que es mentira que en Túnez no hay cultura democrática.
¿Tienen los jóvenes conciencia política en su país?
El partido único ha hecho todo lo posible desde los años sesenta para que la gente no pensara ni hablara de política. El presidente Ben Ali construyó una democracia de fachada para que la viera Europa. Aun así, hemos logrado recuperar nuestra libertad. Túnez sólo puede desarrollarse en democracia.
¿Cree que habrá una transición?
Debemos estar atentos a que lo que ha sido una victoria del pueblo no tenga marcha atrás. Aspiro a una transición como la de España, pero claro que hay fuerzas conservadoras que van a defender el antiguo sistema. Yo creo que otro mundo es posible y espero que esta primavera sea la de la democracia.
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