La salud del ex presidente indonesio Suharto empeoró de nuevo hoy tras hallarse fallos en su aparato digestivo, pese a que durante el fin de semana experimentó una notable mejoría que hizo incluso plantearse su salida del hospital.

El jefe del equipo de médicos que le atiende, Marjo Subiandono, declaró a los medios locales que los doctores trabajan para controlar su ingesta de calorías e impedir daños a más órganos.

Junto a ello, intentarán que Suharto recupere poco a poco la movilidad de sus extremidades, después de que ayer fuera capaz de levantar un brazo, así como respirar, aunque no está previsto por el momento retirarle el ventilador.

Los médicos lograron ayer trasladar de su boca a su garganta el tubo del respirador, para evitar daños a sus cuerdas vocales.

Desde hace varios días, se intenta retirarle la respiración asistida para atajar el riesgo de que se transmita a más órganos la septicemia que padece, una patología que provoca una respuesta tan fuerte del sistema inmunológico a una bacteria o toxina que comienza a atacar a sus propios órganos con anticuerpos.

El doctor Subiandono, quien la semana pasada dio a Suharto apenas un 50 por ciento de posibilidades de recuperación, dijo que sigue en situación crítica, mientras los niveles de hemoglobina en su sangre ya están estables y por ahora no necesita más transfusiones.

El antiguo dictador de 86 años gobernó con mano de hierro Indonesia de 1967 a 1998, cuando se vio forzado a dimitir por una crisis económica y una revuelta popular.

Ingresó el pasado 4 de enero por hipotensión, edema y otros problemas en el Hospital Pertamina de Yakarta, donde ha recibido la visita de varios antiguos amigos y líderes regionales.