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'Superchunk' es de otro mundo

El Primavera Sound cuelga su cartel de completo en el primer día de festival

LIDIA GINER

No cabía ni un alfiler. El Parc de Forum de Barcelona se transforma durante tres días en un gran parque de atracciones indie donde gente de todo pelaje y condición se concentra para escuchar una buena dosis de rock modernete.

En la primera jornada del Primavera Sound había una gran expectación por ver al grupo británico The XX. Aun así, a las 21.15 horas, momento de arranque de su actuación, muchos de los asistentes andaban algo perdidos: '¿Estos sólo tienen un disco verdad?', preguntaba un mozo a su amigo. 'Creo que tres', respondió con buen tino el otro.

Los londinenses ofrecieron una soberbia mezcla de pop oscuro y electrónica que alcanzó su punto álgido con el tema Crystalized, de su segundo disco. Sin embargo, el cielo no les acompañó: la lluvia deslució un concierto algo soso para el ambiente de desmelene que se respiraba.

The Smith Westerns fueron un plan eminentemente juvenil. Con un aspecto que parecía sacado de la serie Sensación de vivir (camisa desteñida y vaqueros sobaqueros), el grupo interpretó canciones muy pegadizas que podrían ser tildadas de excesivamente comerciales.

Mac McCaughan deleitó con sublimes 'riffs' de guitarra

Los tortolitos que asistieron al recital movían sus caderas al son de canciones romanticonas como Girl In Love o Be My Girl. Los de Illinois se revelaron como una apuesta de pop punkarra que mezcla una buena dosis de novedad y honestidad.

A ellos les siguió el protagonista de la noche: Superchunk. Los de Chapel Hill mostraron en setenta minutos, que se hicieron como diez, una gran alquimia de talento.

Capitaneados por la voz y guitarra de Mac McCaughan, la banda es el ejemplo perfecto de lo que significaba ser sustancialmente independiente a principios de los noventa. El concierto fue una demostración casi malabarista de buena música con riffs de guitarra eternos acompañados por el impecable bajo de Laura Ballance. The Smith Westernsy, el momento pop-punk de la noche

Una pena que todo lo que rodeaba a los norteamericanos se antojase algo trasnochado: chaquetas corte getleman, bigotes exagerados, muchos pañuelos vintage e incluso un gafipasti redactando con mucho ahínco sus hallazgos en una moleskine.

Superchunk cautivó y convenció al respetable. En el paraíso mod ya no llovía ni hacía frío, porque la banda se mostró cercana y sus integrantes fueron inmensos, o lo que es lo mismo, estuvieron entregados (¡gritos espontáneos incluídos!). Pese a los rumores de ruptura del grupo y el largo silencio de nueve años, ellos fueron la mejor atracción de la noche. 

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