Este artículo se publicó hace 15 años.
Los talibanes amenazan la segunda vuelta electoral en Afganistán
Los talibanes pidieron el sábado a los afganos que boicoteen la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y prometieron interferir en la votación, reiterando las amenazas que lanzaron antes de la primera vuelta.
"El Emirato Islámico de Afganistán nuevamente insta a sus respetados compatriotas a no participar", dijeron los talibanes en un comunicado, enviado por correo electrónico a Reuters, afirmando que el proceso electoral estaba siendo manipulado por Washington.
"Para lograr que este proceso fracase, todos los muyahidines llevarán a cabo operaciones contra los centros del enemigo", declararon, refiriéndose a los miles de centros de votación que se establecerán para las elecciones del 7 de noviembre entre el presidente Hamid Karzai y su rival Abdulá Abdulá.
El anuncio de esta semana de una segunda vuelta eliminó uno de los elementos conflictivos para el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que evalúa si enviar más soldados a Afganistán para luchar contra la insurgencia de los talibanes.
Las autoridades electorales están intentando prepararse para la nueva votación, convocada después de una gran presión internacional, mientras se aproxima el duro invierno afgano.
Una investigación sobre fraude respaldada por la ONU invalidó miles de votos de Karzai de la primera ronda del 20 de agosto, lo que redujo su total a menos del 50 por ciento necesario para evitar una segunda vuelta contra Abdulá, su ex ministro de Relaciones Exteriores.
Los talibanes, que fueron derrocados por una invasión liderada por Estados Unidos en 2001 después de los ataques del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas y el Pentágono, también amenazaron con desbaratar la primera ronda.
Ataques esporádicos contra los candidatos, autoridades electorales y centros de votación no lograron interrumpir el proceso por completo, pero los temores de seguridad contribuyeron a una baja participación, especialmente en las regiones del sur y el este, bastiones de los talibanes.
Los talibanes, que gobernaron Afganistán desde 1996 hasta que fueron derrocados por las fuerzas de Estados Unidos y afganas en 2001, han retomado su insurgencia con mayor fuerza, transformando 2009 en el más sangriento de los ocho años del conflicto.
El austero movimiento islamista quiere que todos los soldados extranjeros abandonen Afganistán.
La seguridad vuelve a ser una importante preocupación y las autoridades electorales han advertido que la OTAN y las fuerzas nacionales no se están dando el suficiente tiempo para asegurar los centros para la segunda vuelta.
El comunicado de los talibanes advierte a los afganos que no salgan de sus casas el día de la votación.
"La gente no debe participar en las elecciones (...) todos los caminos principales serán bloqueados o cerrados al Gobierno y a vehículos privados el día (de la votación)", dice el comunicado, reiterando una amenaza realizada en la primera vuelta.
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