Este artículo se publicó hace 14 años.
Terranova vuelve a dar bacalao
La Bacaladera. El 70% de su negocio está dedicado a la venta de bacalao, salado y congelado, pescado por los mares del Hemisferio Norte
En el puerto guipuzcoano de Pasaia, cuentan ahora los viejos pescadores retirados que hace medio siglo al lugar se le conocía como la "ciudad del dólar". Marineros vascos, pero también gallegos, asturianos y cántabros, se embarcaban en los bacaladeros para hacer las Américas en los caladeros de bacalao de Terranova (Canadá). Se trataba de una faena dura bajo temperaturas de hasta 40 grados bajo cero, pero el sueldo merecía la pena.
Al albor de aquella pesca nacieron también empresas dedicadas a la venta y exportación del bacalao salado y congelado, como La Bacaladera, con sede en Irún (Guipúzcoa), que llegó a tener también fábricas en Terranova. A la costa canadiense vuelven este año a acercarse los pesqueros españoles tras la reapertura del tradicional caladero de bacalao Flemish Cap, que permanecía cerrado desde 1999 por el peligro de extinción de la especie.
Los bacaladeros españoles regresan tras diez años al
Una cuota de 787 toneladasLa captura, no obstante, estará muy limitada. La Organización de la Pesca del Atlántico Noroccidental (NAFO) ha establecido una cuota total de 5.500 toneladas, de las que 787 corresponderán a la flota española, cuya mayor base se encuentra en Vigo. Para hacerse una idea de la escasa magnitud de esa cuota de 787 toneladas, basta recordar que el récord en la pesca de bacalao en aquellas aguas data de los años sesenta, cuando dos barcos descargaron 1.760 toneladas en el puerto de Pasaia.
Aquella pesca descontrolada tuvo sus consecuencias. La pesca cayó y los bacaladeros tuvieron que buscar otros caladeros. La empresa guipuzcoana La Bacaladera ha recibido durante todos estos años el bacalao capturado en otras aguas, de Groenlandia, Rusia occidental, Noruega, Islandia, Reino Unido, Svalvard y el Pacífico Norte.
La crisis de la hostelería afecta al negocio de esta empresa de Irún
El grueso de la actividad de esta compañía se centra en el bacalao (70% del negocio), pero también introduce en el mercado otros productos congelados, como almeja negra, calamar, gambas rebozadas, panga, pimientos de piquillo o rodajas de bonito.
Crisis en la hosteleríaPese a la diversificación de sus productos, esta empresa no pudo evitar el pasado año las consecuencias de la crisis. Según explica su director general, José María Salvador, la compañía intentó en 2009, por medio de las exportaciones a otros países, hacer frente al descenso de las ventas en el sector de la hostelería, especialmente castigado por el cierre de empresas y el descenso del consumo de otras muchas. "Pero, al final, se sufrió un pequeño decremento", cuenta Salvador.
La planta de La Bacaladera, con más de 10.000 metros cuadrados de superficie, tiene capacidad para almacenar más de 3.000 toneladas, y cuenta con instalaciones acondicionadas para secar más de 25 toneladas de bacalao al día y congelar más de 15.
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