No es ni mucho menos la primera vez que Italia proporciona el TETRA a un país en una situación explosiva. En 2007, Finmeccanica vendió a través del Ministerio de Interior iraní equipos de radio valorados en 6,5 millones de euros para los cuerpos de Policía de Isfahan y Mashhad. Aquello le costó una agria disputa con EEUU durante el verano de 2006, como se pudo comprobar gracias al Cablegate, los cables de la diplomacia estadounidense revelados por WikiLeaks en 2011.

El 15 de junio de aquel año, el entonces director de comunicación de Finmeccanica, Simone Bemporad, y el director de relaciones institucionales, Camilo Pirozzi, se reunieron en la embajada de EEUU en Roma con personal estadounidense para explicarles su proyecto en Irán. La legación diplomática, en una nota cinco días después, explica cómo se les dejó bien claro que no era 'el momento de hacer negocios con Irán como de costumbre'.

En el cable se hace referencia a los acuerdos de Wassenaar que el Gobierno Italiano ratificó con EEUU y en concreto a la prohibición de vender material militar a Irán y Siria. Pero tanto Bemporad como Pirozzi insistieron que TETRA no entraría dentro del embargo ya que no tiene componentes que se puedan catalogar como armamento.

No contento con su respuesta, el embajador contactó con Amadeo Teti, hoy todavía director general de política comercial del Ministerio de Desarrollo Económico. Para su sorpresa, Teti no sabía nada de la operación y le dijo al embajador que 'quizá la tecnología sea completamente inofensiva'.

Desde un punto de vista técnico, no hay dudas, pero dos años después de aquel negocio estallaron las protestas en Irán por la reelección del presidente, Mahmud Ahmadineyad, y las fuerzas de seguridad reprimieron con gran violencia a los manifestantes.

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