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La UE y África pasan página y superan las fricciones de la cumbre

EFE

La UE y África decidieron hoy "pasar página" y abrir una nueva etapa de diálogo tras una cumbre de dos días a la que asistieron 80 países y en la que los derechos humanos, el comercio y el recuerdo del colonialismo causaron fricciones.

La presencia del cuestionado presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, fue polémica hasta el último momento y pese a los esfuerzos de los organizadores por restarle protagonismo causó velados reproches entre europeos y africanos en el mismo cierre de la conferencia.

La Unión Europea (UE) y la Unión Africana (UA) organizaron su segunda cumbre siete años después de celebrar la primera en El Cairo y tras un intento de reunirse también en 2003 que no se concretó precisamente por la oposición a Mugabe que encabezó el Reino Unido, representado ahora a muy bajo nivel en Lisboa.

Los gobernantes suscribieron tres documentos en los que expresan su voluntad de contribuir a la solución de los problemas africanos, tanto en desarrollo, salud o inmigración como en comercio, solución de conflictos y promoción de la democracia.

Los textos de la Estrategia de cooperación, el Plan de Acción conjunta y la Declaración de Lisboa, expresan también el deseo de los dos bloques de mantener una relación de igual a igual, que no esté basada en la relación donante-receptor y en la que ambos cooperen ante retos como la globalización o el cambio climático.

Los dirigentes de la Unión Europea y de la Unión Africana aseguraron en rueda de prensa al final de la cumbre que la reunión fue un éxito y negaron que los desacuerdos para renovar algunos de sus acuerdos comerciales llevaran a una "ruptura".

El presidente de la comisión de la Unión Africana, Alfa Omara Konaré, señaló que "hay puntos de desacuerdo pero no rupturas" en el tema y expresó la disponibilidad de los países africanos para "continuar negociando y buscar formulas de consenso".

Sobre la misma materia, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, señaló que los europeos quieren garantizar una "transición suave" en la renovación de los acuerdos comerciales, de tipo preferencial y que deben ser modificados antes de fin de año por imperativo de la Organización Mundial de Comercio.

En la rueda de prensa, José Sócrates, primer ministro de Portugal que ejerce la presidencia de la UE, y el ghanés John Kufuor, presidente de turno de la UA, coincidieron en elogiar el desarrollo y los resultados de la reunión.

Kufuor consideró que la conferencia "históricamente marca una alteración radical en las relaciones" UE-África y Sócrates resaltó su "nuevo espíritu, el espíritu de Lisboa", que definió por la "igualdad y el respeto mutuo" entre estados europeos y africanos.

Konaré manifestó por su parte que los resultados conseguidos en Portugal hacen de "Lisboa un resultado y un punto de partida" que traerá ventajas a todos.

No obstante el presidente de la Comisión de la Unión Africana exhortó también a que África no sea considerada sólo un mercado, que sus riquezas sean remuneradas a un precio justo y que las materias primas se transformen en productos africanos.

En materia de gobernación democrática y derechos humanos los portavoces de la UE y la UA informaron de que esos temas habían sido analizados y Konaré puntualizó que "hay problemas de gobernación que deben resolver los africanos sin recibir lecciones".

Por su parte Barroso declaró que ahora "hay razones para el optimismo" en materia de democracia en África al recordar que hay elecciones y progreso en materia de gobernación aunque "subsisten algunos problemas que se discutieron de forma franca".

El presidente de la Comisión Europea reiteró varias veces durante la cumbre, en alusión a dirigentes como Mugabe, que "no se puede aceptar que quienes lucharon por la independencia nieguen ahora la libertad a sus pueblos".

Pero Kufuor puntualizó que la salida a la situación que vive Zimbabue sólo puede ser interna, a través de la "decisión del pueblo", y no por medio de imposiciones exteriores.

El propio presidente de Zimbabue intervino hoy en la cumbre para censurar la "arrogancia" de los líderes europeos en respuesta a la canciller alemana, Angela Merkel, que la víspera criticó el deterioro de la imagen de Africa por culpa de su régimen.

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