¿Hacemos mal bebiendo leche?

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Seguro que has escuchado en muchas ocasiones que los adultos no deberíamos beber leche, que somos el único animal que lo sigue haciendo al llegar a la madurez, que cada vez hay más personas intolerantes a la lactosa y muchas otras aseveraciones de ese tipo. Pero al mismo tiempo también habrás escuchado los beneficios de esta bebida gracias a sus proteínas, vitaminas y calcio.

Así pues, ¿en qué quedamos? ¿Hacemos mal bebiendo leche? ¿Puede seguir formando parte de nuestra dieta sin problema? ¿Debemos eliminar los lácteos cuando nos hacemos adultos? Es la hora de aclarar un poco todas estas dudas.

Características de la leche

Calcio de la leche

Vaso de leche
Vaso de leche/Foto: Pixabay

En los últimos tiempos han aumentado las opiniones contrarias a incluir la leche en nuestra dieta. Tanto es así que se ha convertido en uno de los debates más intensos sobre salud y alimentación que hay en la actualidad. Y, sin embargo, a menos que seas intolerante o el médico te haya prohibido expresamente su ingesta, las recomendaciones de las autoridades sanitarias siguen siendo las mismas: el consumo de leche es positivo, sobre todo, por su contenido en calcio.

De tal modo, se aconseja el consumo diario de leche para tomar la cantidad de calcio recomendada y cuidar los huesos, puesto que constituye una de las mejores maneras para prevenir la osteoporosis. No obstante, también es verdad que en uno de los últimos estudios de la Universidad de Harvard, publicado en el New England Journal of Medicine, recomienda el consumo con moderación, puesto que en dosis elevadas puede resultar perjudicial. Entre esos riesgos para la salud se habla de los cardiovasculares, obesidad, fractura de huesos e incluso varios tipos de cánceres.

Así que, en un principio, podríamos decir que con la leche pasa lo mismo que con muchos otros alimentos. El problema no es el consumo en sí, sino la cantidad. No se debe exceder en la ingesta de leche para aprovechar bien sus beneficios y evitar riesgos para la salud. Pero para cerciorarnos de esta aseveración podemos fijarnos en los numerosos estudios que, desde entonces, se han elaborado al respecto.

Lácteos y enfermedades

lácteos
Productos lácteos/Foto: Pixabay

Los principales detractores de la leche en la vida adulta aseguran que su consumo provoca cáncer y fragilidad en los huesos, basándose en estudios como el de Harvard y obviando el matiz de que suelen centrarse en el exceso de su consumo. En cualquier caso, son muchas las investigaciones que respaldan el hecho de que la ingesta es beneficiosa para la salud.

El estudio publicado en la Advances in Nutrition (Factor de impacto 11.567), y difundido por la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT), sobre los sobre los efectos del consumo de lácteos en la salud cardiometabólica no deja lugar a dudas. En él se llega a la conclusión de que la ingesta elevada de leche y productos lácteos en adultos no muestra efectos perjudiciales para los lípidos sanguíneos ni la presión arterial, por lo que no es necesario limitar su consumo. Todos los lácteos mejoran la presión arterial sistólica y, especialmente, el yogur tiene efectos positivos. De igual modo, concluyen que la ingesta de lácteos provoca una disminución del riesgo de problemas como la obesidad y el sobrepeso.

Consumo de leche entera y otros lácteos

Mujer bebiendo leche
Mujer bebiendo leche/Foto: Unsplash

También son muchos los debates en relación al tipo de leche que sí se debe beber y el que no, y la mayoría de las veces la gran perjudicada es la leche de vaca. Asimismo, desde hace años, se recomienda el consumo de la leche desnata o semidesnatada, sobre todo, por contener menos grasas. Sin embargo, se están produciendo cambios respecto a estas afirmaciones.

Si hasta el momento se recomendaba la ingesta de leche desnatada o semidesnatada, nuevos estudios han venido a hablar de los beneficios de la leche entera y de sus productos derivados. Ejemplo de ello es el publicado en el European Heart Journal de la Sociedad Europea de Cardiología (Volume 44, Issue 28, 21 de julio de 2023, Pages 2560–2579). En esta investigación, los especialistas llegan a la conclusión de que hay seis alimentos que contribuyen a la salud de nuestro corazón: las verduras, las frutas, las legumbres, el pescado, las nueces y los lácteos enteros. Este último detalle ha sido precisamente el que más ha llamado la atención.

Como consecuencia recomiendan comer entre dos y tres raciones de fruta al día, al igual que de verduras; unos 30 gramos diarios de nueces; un par de raciones de lácteos enteros al día; entre dos y tres raciones de pescado a la semana; y entre tres y cuatro raciones semanales de legumbres. Y no olvides tampoco que la Fundación Española de Nutrición apoya también los beneficios del consumo de lácteos entero, puesto que constituyen un magnífico aporte de calcio, proteínas y vitaminas A y D.



Silvia Pato

Escritora y redactora gallega. Autora de los libros Las nueve piedras y El Libro del Único Camino, así como de numerosos relatos en revistas de género, colabora asiduamente con sus artículos y columnas de opinión en diversos medios digitales. Con la pasión y la curiosidad que la caracterizan, descubre el mundo a través de su historia, su cultura, sus lugares y sus gentes para difundir y compartir todo tipo de sensaciones y hallazgos. Porque todo viaje comienza con un solo paso.

1 Comment

  1. si haces muuuuuu y la vaca te contesta es tu madre……el libro..milk the silent killer…en paises como tailandia nadie bebe leche animal desde generaciones….de hecho solo tienen algunas vacas para consumo de los turistas…los paises ms consumidores de leche animal son los que padecen mas de osteosporosis,enfermedades cardiovasculares, estomacales,catarros,..lo primero que te quitan es la leche cuando tienes catarro con mucosa..prueba a estar unas semanas. sin consumirla y veras…..saludos

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