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El agua no es buena para los criminales

Un método identifica el rastro de una persona a través de su ingesta de líquidos

DANIEL MEDIAVILLA

Los delincuentes que beben agua del grifo, si no son calvos, están perdidos. Un nuevo método de lucha contra el crimen, desarrollado por investigadores de la Universidad de Utah (EEUU), permite reconstruir los desplazamientos de una persona durante meses. Basta con analizar una muestra de su pelo, donde habrán dejado su huella cada uno de los lugares donde haya bebido agua corriente. Cuanto más largo sea el cabello, más atrás en el tiempo llegará el registro.

En un artículo que publica en su última edición PNAS, los científicos, dirigido por Jim Ehleringer, explican que encontraron importantes variaciones en los isótopos de hidrógeno y oxígeno presentes en el agua de las distintas regiones de EEUU. Estas variaciones quedan grabadas en el pelo. La técnica permite, por ejemplo, probar la coartada de un acusado que niegue haber estado en el lugar del crimen.

Ehleringer ya desarrolló un método similar para conocer dónde se fabricaban billetes falsos. Los átomos de hidrógeno y oxígeno del agua empleada para cultivar el algodón con que se elaboraban permitió identificar su origen. El científico afirma que el método será también útil a arqueólogos y antropólogos, para investigar las migraciones en la historia.

Y caben más usos, en EEUU la policía aplica su sistema para saber qué sucedió con una mujer a la que encontraron muerta cerca de Salt Lake City en 2000. Los primeros estudios han mostrado que la víctima viajó por el noroeste del país los meses previos a su muerte. Ahora analizarán los isótopos de oxígeno de la dentadura de la mujer, para saber qué agua bebió cuando crecieron. Así podrán saber dónde vivió de pequeña y buscarán personas desaparecidas en esa zona que coincidan con las características de la víctima. El científico reconoce, no obstante, que su técnica tiene limitaciones: “Es posible distinguir entre Utah y Texas, pero puede que no se distinga entre Chicago y Kansas City”.

El método se antojará ineficaz a quien haya pensado que los criminales no suelen beber agua del grifo. Pero puede que Ehleringer sonría cada vez que escuche a un sospechoso pedir un whisky on the rocks...

Los isótopos son formas del mismo elemento químico con distinto peso atómico. Los isótopos Oxígeno-18 e Hidrógeno-2, tomados como referencia en el estudio de ‘PNAS’, son más pesados que otros isótopos comunes de esos elementos. Así, cuando las nubes se mueven desde el mar hacia el continente, el agua de lluvia con los isótopos más pesados cae antes. Por este motivo, el agua que se bebe cerca de las costas tiene un porcentaje mayor de los isótopos pesados que la que se toma tierra adentro. En la precipitación de los isótopos más pesados, influye también la temperatura de las nubes, la temporada en la que llueve más en cada región y la cantidad de agua que se evapora. Esto ayuda a diferenciar en EEUU el agua de la costa oeste, donde las tormentas de invierno son más frías, del agua de las costas del sureste, donde las nubes son más calientes y desplazan los isótopos pesados hacia el interior.

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