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Ascó y Yebra, favoritos para el ATC

Industria ha admitido ocho candidatos para acoger el almacén atómico. Los pueblos nucleares parten con ventaja inicial

MANUEL ANSEDE

El ministro de Industria, Miguel Sebastián, pronosticó en julio del año pasado que habría 'bofetadas' entre los pueblos españoles para quedarse con el Almacén Temporal Centralizado (ATC), el depósito que custodiará las 6.700 toneladas de residuos nucleares del país durante los próximos 60 años. Finalmente, la comisión interministerial para la selección del emplazamiento anunció ayer que 14 municipios se han subido al cuadrilátero de la basura atómica, aunque uno, Santiuste de San Juan Bautista (Segovia), ya se ha bajado del ring tras una extraña maniobra de su alcalde, Octavio Carmelo Esteban, del PP.

La lista publicada ayer, que sigue siendo provisional (aunque ya no se aceptarán más pretendientes) incluye una novedad: Granja de Torrehermosa (Badajoz), cuya candidatura llegó tarde, el pasado jueves, y mal, ya que el ayuntamiento no ha presentado el acuerdo municipal necesario.

La comisión ha admitido ocho aspirantes y ha excluido 'provisionalmente' a otros cinco, por defectos formales o por sumarse fuera de plazo a la carrera por el ATC. Los rechazados tienen 10 días para 'subsanar los defectos de sus candidaturas' y reincorporarse a la puja.

A pesar del elevado número de candidatos en los Países Bajos, modelo en este proceso para España, sólo hubo dos, los expertos consultados siguen considerando los pueblos nucleares de Ascó (Tarragona) y Yebra (Guadalajara), los primeros en dar un paso al frente, como los grandes favoritos. El alcalde de Ascó, Rafael Vidal, de CiU, aseguró el 27 de enero, cuando no se conocía el interés del resto de aspirantes, que Yebra y su pueblo estaban 'al 50%, con igualdad de oportunidades'. Y, 10 días y 12 pretendientes después, parece que la situación no ha cambiado mucho.

La novedad es Granja de Torrehermosa, cuya candidatura llegó mal y tarde

El catedrático de Física Atómica, Molecular y Nuclear en la Universidad de Sevilla, Manuel Lozano Leyva, cree que 'optar por Yebra o Ascó sería lo más razonable, porque viven al lado de centrales nucleares y saben que eso no es un problema'. Además, subraya, estas localidades tienen un tamaño adecuado 'para poder absorber los 300 técnicos, ingenieros y albañiles' que trabajarán en la construcción de las instalaciones durante cinco años.

A su juicio, 'si el Gobierno lo hubiera hecho bien, con más información y permitiendo más debate, la lista sería de 500 municipios, no de pueblos de 50 ancianos como ahora'.

La presidenta del Foro de la Industria Nuclear Española, la física María Teresa Domínguez, también cree que Yebra y Ascó tienen 'aspectos muy positivos'. En su opinión, 'desde el punto de vista logístico, son mejores, porque al estar cerca de una instalación nuclear facilitarían algunos transportes de residuos'. Domínguez, que representa al lobby atómico, no entiende el rechazo de los barones socialistas José Montilla y José María Barreda a estas candidaturas. 'La energía nuclear es un tema nacional desde el punto de vista técnico, no tiene sentido hablar desde las comunidades', zanja.

Incluso fuentes de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), gestora del ATC, apuntan a Yebra y Ascó como las opciones 'más lógicas'. El ganador de esta peculiar competición por acaparar el uranio gastado se conocerá al final de la primavera.

Hasta los empresarios de Castilla-La Mancha, que se verían beneficiados por la lluvia de millones si el ATC se construye en Yebra, se han rendido a la evidencia. Ascó, en Tarragona, es un candidato casi perfecto. El presidente del Consejo de Cámaras de Comercio de Castilla-La Mancha, Fernando Jerez, admitió el pasado lunes que el Gobierno debe escoger la opción “técnicamente más viable” y aseguró que “Ascó es la mejor propuesta”.

La localidad tarraconense cumple prácticamente todas las condiciones exigidas por Industria. Sus 1.600 habitantes están acostumbrados a convivir con la energía atómica desde 1984, cuando se inaguró el primer reactor nuclear del pueblo. Dos años después, otro reactor se puso en marcha. Según la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares (AMAC), en la comarca hay consenso suficiente para instalar el ATC, un requisito muy valorado por el departamento de Miguel Sebastián.

En el entorno del pueblo, sólo el Ayuntamiento de Flix, un municipio contaminado durante decenios por una pujante industria química, ha rechazado su candidatura a acoger el silo nuclear. Yebra, su principal rival en esta competición, se enfrenta a la oposición de cuatro municipios vecinos: Cifuentes, Budia, Durón y Albalate de Zorita.

Además, Ascó, a diferencia de Yebra, cuenta con una vía férrea, otro factor apreciado por Industria. Su punto flaco es la falta de consenso político. El presidente de la Generalitat, José Montilla, que promovió la construcción del almacén cuando era ministro de Industria, se opone a que la instalación se ubique en Catalunya, en un gesto que ha sentado mal en el Gobierno. “Siempre nos han excluido del apoyo institucional para el desarrollo”, ha lamentado el alcalde, Rafael Vidal, de CiU. 

Yebra no tiene tren, como Ascó, pero puede presumir de otras virtudes. Este pueblo de Guadalajara, de menos de 600 habitantes, está en el centro geográfico de la península, lo que abarataría el transporte de residuos nucleares desde las centrales al ATC.

Además, Guadalajara ya tiene dos depósitos de uranio gastado. El reactor de Trillo cuenta con un almacén temporal individualizado. Y en el de Zorita, próximo a Yebra, se ha autorizado la construcción de otro. El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José María Barreda, no quiere ATC, pero el PP autonómico sí lo acepta ahora, tras su rechazo inicial. 

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