Este artículo se publicó hace 13 años.
De diez horas a sólo media contra un tumor
Las segundas cirugías en cáncer de mama son ya excepcionales
El pasado 22 de febrero, un teléfono sonó en el quirófano donde la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se sometía a una cirugía para extirparle un cáncer de mama. La llamada evitó algo que cada vez es menos frecuente en las pacientes de cáncer de mama pero que, hace años, parecía una medida de lógica aplastante. Si el tumor tendía a expandirse a través de los ganglios linfáticos (nódulos donde se acumulan las defensas del cuerpo) de la axila, ¿por qué no extirpar todo aquel lugar adonde las células malignas pudieran ir?
Las cosas cambiaron a partir de la década de 1990, cuando se generalizó la biopsia selectiva del ganglio centinela. Consiste en inyectar una sustancia radiactiva con dosis de radiación muy bajas y un colorante en el tumor para, con técnicas de imagen, localizar el primer ganglio que ha absorbido la sustancia radiactiva. Ese será el centinela y, por ende, el que podrá determinar si el tumor mamario ha avanzado localmente.
El ganglio centinela determina si la enfermedad está extendida
La Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria (SESPM) presentó ayer un nuevo consenso sobre cuándo aplicar esta técnica, no apta para todas las pacientes, sino para aquellas en las que el tumor no está muy avanzado (más del 60% de los casos).
El documento, que amplía ligeramente la lista de mujeres que pueden beneficiarse de esta prueba, coincide con un avance en el diagnóstico molecular, la técnica OSNA, una forma de biopsia del ganglio centinela que es "la mejor disponible", según la jefa del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Lluís Alcanyís de Xàtiva, Laia Bernet.
Hasta la introducción de este sistema, que detecta un marcador específico del cáncer de mama CK-19, el patólogo analizaba el ganglio extraído en quirófano por una técnica más básica, que podía no dar tiempo a localizar la metástasis durante la operación. "Hemos pasado de tardar diez horas en extirpar un cáncer de mama a hacerlo en tan sólo media hora", subrayó ayer el presidente de la SESPM, Carlos Vázquez.
Una técnica de análisis molecular reduce el tiempo de espera de resultados
Llamada a quirófanoHasta ahora, está indicado que, si el patólogo dice al cirujano que el ganglio centinela es positivo, este extirpe el resto de los nódulos para analizarlos. Si es negativo, debe limitarse al tumor y el ganglio centinela. Eso es lo que determina la llamada en pleno quirófano.
Sin embargo, puede que las técnicas convencionales no den, en el primer análisis durante la operación, muestras de metástasis pero que, cuando se termine de analizar el ganglio, se vean células cancerosas. Es lo que se llama un falso positivo y, en ese caso, la mujer tendría que volver al quirófano "con el coste físico y emocional que supone", destacó Bernet.
Este sistema se aplica a gran parte de pacientes, como Esperanza Aguirre
Aunque la SESPM aboga por que el diagnóstico molecular se extienda a todos los hospitales, el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, Emilio Alba, cree que no es algo tan necesario, aunque enfatiza que OSNA "es tan eficaz" como el análisis completo. Alba comenta que un estudio reciente en la revista JAMA afirma que, aunque el ganglio centinela sea positivo, no es necesaria la extirpación de los nódulos de alrededor. Si esto se confirma, la ganancia de tiempo que supone el test no implicaría cambios en el tratamiento quirúrgico de la paciente. "Este estudio va a cambiar el tratamiento del cáncer de mama en los próximos años", vaticina el experto.
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