Un arsenal tecnológico cada vez más avanzado aplicado a la arqueología ha permitido a científicos japoneses identificar más de un centenar de nuevos geoglifos de los conocidos mundialmente como líneas de Nazca, en el altiplano peruano, desde 2006. La última novedad es la aplicación de la inteligencia artificial para identificar líneas que hasta ahora se habían escapado al análisis, como una figura humanoide de solo dos metros de ancho por cuatro de alto que se acaba de presentar. Entre los hallazgos de la última época hay figuras humanoides, serpientes y una extraña ave y en total ya se conocen más de 2.000 de estas representaciones. Se espera que la incorporación de la inteligencia artificial lleve a nuevos descubrimientos que arrojen más luz sobre la enigmática civilización que realizó los geoglifos, muchos de ellos solo visibles desde el cielo, desde unos 500 años antes a unos 500 años después del inicio de la Era Común y contribuyan a diseñar medidas para su complicada conservación.

Entre las tecnologías utilizadas hasta ahora por los científicos de la Universidad Yamagata para peinar un área de unos 300 kilómetros cuadrados están las imágenes mulitespectro proporcionadas por satélites y drones, imágenes de alta resolución en tres dimensiones combinadas con trabajo sobre el terreno. Desde 2018 se añadió experimentalmente el uso de la plataforma PAIRS Geoscope creada por IBM para analizar y compatibilizar grandes bases de datos heterogéneas ya existentes, en este caso datos geográficos e imágenes y datos obtenidos por láser desde sensores remotos, como los satélites.

Se espera que la incorporación de la inteligencia artificial lleve a nuevos descubrimientos que arrojen más luz sobre la enigmática civilización

En paralelo la empresa y la universidad investigaron la capacidad de la inteligencia artificial para localizar nuevos geoglifos. Para ello entrenaron a una red neuronal profunda a reconocer este tipo de líneas suministrándole gran cantidad de datos sobre las figuras ya conocidas. Después le suministraron otras imágenes y datos de áreas en las que no se habían encontrado las líneas y fue entonces cuando el modelo de inteligencia artificial descubrió la pequeña figura humanoide que ahora se presenta.

A partir de ahora, se utilizará todo en conjunto con los objetivos de descubrir mucho más rápidamente que hasta el momento nuevos geoglifos y de hacer un mapa completo y detallado de todas las líneas conocidas junto con muchos otros datos, como carreteras, escorrentías y topografía en general. El sistema PAIRS empezó a comercializarse este año y se está utilizando ya para identificar cosechas, para la gestión del riego agrícola y para vigilar el crecimiento de la vegetación alrededor de los tendidos eléctricos, entre otras posibilidades, informa IBM, que lo define como una tecnología de inteligencia artificial basada en la nube que permite el análisis geospacial de bases de datos muy grandes y complejas.

Masato Sakai, que dirige el equipo universitario que ha analizado y descubierto más de un centenar de líneas de Nazca del tipo biomórfico (representan personas y animales) de diversos tamaños y antigüedad, cree que los geoglifos pequeños son los más antiguos y se construían para marcar los caminos, sobre todo en la región occidental de la pampa de Nazca. Los de mayor tamaño, de hasta centenares de metros de longitud, son más modernos, representan animales y serían lugares de rituales astronómicos, en los que se realizaban ceremonias que implicaban la rotura de vasos de cerámica. Probablemente su tamaño tenía el objetivo de que fueran visibles para los dioses de esta cultura.

En cuanto a cómo se construyeron, en los de mayor tamaño se extrajeron las piedras negras de la superficie para dejar al descubierto la arena subyacente en forma de líneas, mientras que los pequeños (los de hasta 50 metros) suelen tener formas de un color.

En la actualidad, el paso del tiempo, las vías de agua, el tráfico y el desarrollo urbano son algunas de las amenazas identificadas que ponen en peligro las líneas de Nazca, catalogadas como Patrimonio de la Humanidad desde 1994.