Este artículo se publicó hace 15 años.
La música libre escapa de la SGAE
Una sentencia establece que la entidad no puede cobrar por canciones 'copyleft'
Blanca Salvatierra
¿Por qué un establecimiento debe pagar un canon a la SGAE por la totalidad de la música que reproduce en su local si sólo el 14% de la misma se corresponde a autores representados por esta entidad? Daniela Valdés, propietaria del bar Espiral Pop , en Madrid, hace tiempo que intenta no utilizar música cuyos derechos de autor son gestionados por la SGAE. Mientras utiliza canciones con licencia copyleft contribuye al conocimiento público de unos artistas que no suelen escucharse en los medios tradicionales. A la vez, como impone la lógica, no está obligada a abonar la cuota correspondiente a la SGAE por la comunicación pública de las obras musicales de sus socios.
Desde la semana pasada, además de la lógica, Valdés tiene una sentencia que contempla y establece el criterio de prorrata, es decir, que el propietario del local sólo debe abonar a la SGAE por emitir la música de los socios de esta entidad, y no por la totalidad de la misma. En la demanda, que se remonta a julio de 2007, la SGAE sólo pudo certificar que 14 de los 81 autores cuya música se había emitido en Espiral Pop eran socios de su entidad o de organismos a los que representaba. Más allá de las cantidades demandadas, la importancia de la sentencia estriba en que, pese a que puede apelarse, se trata de la primera que contempla los supuestos de una sala que emite una mezcla de canciones copyleft y copyright.
Se trata de la primera sentencia que contempla el criterio de prorrataLa SGAE no ha estado obligada a demostrar tradicionalmente que representaba a los autores. Para ello, se utilizaba el concepto de legitimación colectiva, aquel que supone que esta entidad representa a la inmensa mayoría de los autores. No obstante, la proliferación de Internet ha llevado a miles de grupos a lanzar sus canciones bajo una licencia copyleft que establece, entre otros supuestos, la libre distribución o reproducción de los temas.
"Durante muchos años lo habitual ha sido suponer que todos los artistas se acogían al paraguas de la SGAE cuando ahora esta situación ha cambiado", afirma el abogado defensor de Valdés, Javier de la Cueva, que también puntualiza que los autores socios de la SGAE tienen un contrato que les impide lanzar sus obras bajo licencia copyleft.
De la Cueva, especializado en nuevas tecnologías, sostiene que, con el fundamento de esta sentencia, se abren nuevos posibilidades para las salas que quieran ofertar música copyleft uno o varios días por semana. "Se observa el caso de establecimientos que sólo emiten obras sujetas a copyright los fines de semana", especifica. En este sentido, De la Cueva añade la importancia de la evolución de la judicatura con sentencias de este tipo: "Empiezan a ser conscientes de que las obras copyleft no son un asunto minoritario", añade.
Musicalibre.es es uno de los ejemplos de las opciones que se abren tras el concepto copyleft. Consiste en una base de datos de canciones creada para ayudar a que los autores contacten con el público. Con una licencia llamada LML (Sistema gratuito de Licenciamiento y Registro Copyleft), utiliza métodos de cifrado para avalar la autoría de una canción. Los artistas que introducen sus canciones en este sistema aceptan que éstas se difundan gratis sin fines comerciales.
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