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La naturaleza le 'echa
huevos' a la vida

No solo las aves y los reptiles ponen huevos para sustentar y proteger a sus crías hasta que eclosionan; anfibios, moluscos, insectos, peces, arácnidos e incluso mamíferos tienen sus peculiares formas ovaladas (o no) para crear vida. En el Día Mundial del Huevo, el que consume el ser humano, presentamos un particular 'revuelto de huevos', todo un capricho de la naturaleza.

Huevos de rana antes de que salgan los renacuajos. / Wikipedia

ADELINE MARCOS (SINC)

Cuando pensamos en huevos, son los de la gallina los que se vienen a la cabeza. La imagen del óvulo no fecundado de esta ave, que consumimos desde niños, cobra protagonismo hoy en el Día Mundial del Huevo por sus beneficios nutricionales, solo superado por la leche materna.

Sin embargo, el huevo de las aves presenta multitud de formas y tamaños en función de cada especie. Destaca el de la avestruz (Struthio camelus) con un peso de hasta 1,5 kg –el mayor que se conoce–, y el del colibrí zunzucito (Mellisuga helenae), que con medio gramo es el más pequeño.

Los huevos de emú son de color verde oscuro. / Barry Armstead Photography

Los huevos de emú son de color verde oscuro. / Barry Armstead Photography

En cuanto a la textura, en general todos los cascarones comparten una superficie lisa, salvo excepciones como en el caso de los cormoranes. Pero es sobre todo en los colores con los que cada especie se distingue de las demás, para adaptarse a su entorno y a sus depredadores: blancos, camuflados, con o sin machas, de tonos pardos, brillantes o coloridos, como los del emú (Dromaius novaehollandiae), que son verde oscuros y de un tamaño equivalente al de 10 o 12 huevos de gallina.

Coloridos y diminutos

Los huevos de las aves: blancos, camuflados, con o sin machas, de tonos pardos, brillantes o coloridos

Infinitamente más pequeños son los huevos de los insectos, aunque su proceso de formación varía en función del grupo al que pertenecen. Existen tres tipos de ovogénesis o creación del huevo, que difiere entre cucarachas, escarabajos, y otros como las moscas, abejas y mariposas.

La cáscara se forma en el aparato reproductor de la madre y el macho la fecunda con su esperma. Una vez formados los embriones, la hembra deposita estratégicamente los huevos en el exterior ya que suelen poseer un apéndice abdominal modificado que se convierte en un órgano adaptado a esta función. Esto les permite insertarlos en lugares difíciles de alcanzar.

Los huevos de la chinche arlequín ('Murganta histriónica') son irregulares y blancos y negros. Se realizan entre cinco y siete puestas de varias decenas de huevos que tardan 15 días en eclosionar. / USGS Bee Inventory and Monitoring Lab

Los huevos de la chinche arlequín ('Murganta histriónica') son irregulares y blancos y negros. Se realizan entre cinco y siete puestas de varias decenas de huevos que tardan 15 días en eclosionar. / USGS Bee Inventory and Monitoring Lab

De manera general los camufla en el sustrato: en hojarasca, bajo tierra, bajo la corteza, sobre o dentro de las plantas, sobre o dentro de otros animales (en el caso de especies parasitarias como el piojo, en el hospedador), bajo el agua o en lugares que se inundan periódicamente. Las formas varían también mucho. Pueden ser redondos o semicriculares, irregulares, cilíndricos con puntas esféricas o puntiagudas.

Más de 300 huevos a la vez

Una hembra de tiburón ballena tenía más de 300 embriones en su interior en diferentes etapas del desarrollo

Si bien es cierto que la reproducción en los peces también se realiza mediante huevos, entre especies el proceso es muy diferente. Pueden ser ovíparos (los huevos son expulsados al agua y la fecundación es externa), vivíparos (la cría nace ya formada y con capacidad para nadar) y ovovivíparos (nacen alevines bien formados en el interior de la madre donde se han desarrollado los huevos), como es el caso de los tiburones ballena (Rhincodon typus), el pez más grande del mundo.

A principios del siglo XX, se había deducido que este animal era vivíparo al encontrar en su oviducto varios huevos. A mediados de siglo se modificó esta hipótesis y se indicó que eran ovíparos. Pero no fue hasta 1996 que se llegó a la conclusión de que eran ovovivíparos al encontrar una hembra en las costas de Taiwán con más de 300 embriones en su interior en diferentes etapas del desarrollo: unos estaban aún en el huevo y otros ya estaban totalmente formados. Lo sorprendente del hallazgo es que todas las crías eran del mismo padre, por lo que los científicos sugieren que las hembras de esta especie almacenan esperma de un solo acto sexual y lo fertilizan con el tiempo.

Huevo de alitán ('Scyliorhinus stellaris'). / Alfiero Brisotto

Huevo de alitán ('Scyliorhinus stellaris'). / Alfiero Brisotto

En general, los peces ovíparos tienden a proteger sus huevos de diferentes maneras, construyendo nidos con burbujas o en objetos flotantes, como es el caso de los peces voladores. Algunos incluso los mantienen en su boca hasta que los alevines eclosionan.

Huevos de hermafroditas

Un solo caracol puede llevar hasta 100 huevos a la vez, y los pone en lugares frescos

Aunque existen muchos grupos de moluscos (calamares, ostras, almejas, pulpos, babosas y caracoles, entre otros), todos son ovíparos, pero su modo de reproducción puede ser unisexual (con individuos macho y hembra), para los mejillones, ostras y almejas, entre otros, o hermafrodita, en el caso de los gasterópodos (caracoles y babosas, entre otros), en ocasiones con capacidad de autofecundación.

A pesar de ser hermafroditas, para reproducirse los caracoles necesitan dos individuos. Esta pareja interactuará durante horas hasta que cada uno fertilice los huevos en el otro. Un solo caracol puede llevar hasta 100 huevos a la vez, y los pone en lugares frescos, en el caso de los terrestres, o cerca de una zona sólida como en una roca, en el de los marinos, para que los huevos permanezcan en un mismo lugar sin sufrir daños. Tardarán por lo general entre dos y cuatro semanas en desarrollarse.

Huevos de caracol manzana ('Pomacea canaliculata') puestos en una planta acuática. / Shan Lv, National Institute of Parasitic Diseases

Huevos de caracol manzana ('Pomacea canaliculata') puestos en una planta acuática. / Shan Lv, National Institute of Parasitic Diseases

Los anfibios también suelen presentar sexos separados y son en su mayor parte ovíparos. La puesta se realiza en agua dulce y está conformada por multitud de pequeños huevos sin caparazón unidos entre sí por una sustancia gelatinosa y varias membranas que los protegen de los golpes, patógenos externos y depredadores, en el caso de la fecundación externa. De los huevos salen renacuajos, aún por pasar la metamorfosis ya en un ambiente externo.

Proteger los huevos a toda costa

Las tortugas hacen entre tres y ocho nidos y alcanzan los mil huevos

Cien huevos es la media que ponen también las tortugas marinas después de arrastrarse por la arena de la playa, elegir un lugar adecuado, y cavan un nido del tamaño de su cuerpo. Cuando depositan los huevos, el reptil cubre de arena el agujero y lo camufla antes de regresar al mar.

Este proceso se repite varias veces cada dos semanas, por lo que en el periodo de reproducción puede hacer entre tres y ocho nidos y alcanzar los 1.000 huevos. Esta es la manera de asegurarse la supervivencia de la mayor parte de las crías.

Una cría de tortuga mapa del norte ('Graptemys geographica') eclosiona de su huevo. / James H. Harding

Una cría de tortuga mapa del norte ('Graptemys geographica') eclosiona de su huevo. / James H. Harding

Los reptiles pueden ser ovovivíparos u ovíparos. Estos últimos incuban sus huevos en nidos en diferentes lugares: en la tierra en suelos arenosos o arcillosos que actúan como incubadoras naturales, bajo las piedras o en general en sitios alejados de los depredadores.

La cobra es la única serpiente que permanece junto al nido para defender a sus futuras crías con agresividad

Aunque la mayoría de las hembras abandonan el nido una vez depositados los huevos, la cobra (Ophiophagus Hannah) es la única serpiente que permanece junto al nido que ella misma ha fabricado arrastrando hierbas y ramas con su cola para defender a sus futuras crías con agresividad, hasta que estas eclosionan. Cuando nacen, se separa de ellas.

Tampoco las abandona la pitón que se enrosca alrededor de los nidos para controlar la temperatura, pero al ser ectotermo (regula su temperatura corporal en función de la ambiente), no puede incubarlos. Para compensarlo, produce una serie de espasmos o escalofríos en su cuerpo alrededor de la puesta para aumentar la temperatura.

Ovúlo humano durante el proceso de fecundación 'in vitro'. / Fotolia

Ovúlo humano durante el proceso de fecundación 'in vitro'. / Fotolia

Los mamíferos también ponen huevos

Aunque todos las hembras mamíferos (incluidos los humanos) tienen óvulos para la reproducción, existen cinco especies que pueden poner huevos como las aves o los reptiles. Además de las cuatro especies de equidna –similares a los erizos–, destaca el ornitorrinco (Ornithorhynchus anatinus), que en lugar de dar a luz a crías vivas, pone huevos, generalmente dos, y de pequeño tamaño.

Estos huevos, de cáscara fina y pegajosos, se desarrollan en el útero materno durante 28 días y son incubados durante otros diez en el exterior. Son parecidos al de los reptiles y más redondeados que el de las aves. Al nacer, como le ocurre a muchas otras especies, son muy vulnerables.

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