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Suspenso a los transgénicos

Francia decide aplicar una moratoria de un año a la única planta modificada genéticamente autorizada en el país

ANDRÉS PÉREZ

Francia no cultivará en 2008 ni un sola planta transgénica destinada a la comercialización. Eso fue lo decidido a última hora del viernes por el Gobierno francés, que activó la cláusula de salvaguardia contra el maíz MON 810, único transgénico autorizado en el país. La decisión, tomada tras el descubrimiento de “elementos científicos nuevos” sobre la peligrosidad del MON 810, desató la cólera de los terratenientes y representantes de la agricultura industrial.

El primer ministro francés, François Fillon, tomó nota con su decisión de un informe presentado el miércoles pasado por la Alta Autoridad Provisional sobre los Transgénicos. Ese texto de 14 personalidades científicas no dejaba lugar a dudas sobre la existencia de pruebas del impacto de los organismos modificados sobre la fauna y la flora. Asimismo, y dando la razón a la reivindicación que esgrimen los ecologistas desde hace una década, el informe destaca que existen indicios serios de que el cultivo de transgénicos al aire libre disemina, por polinización, los genes mutantes. Ello implica que a corto o medio plazo, toda planta, por muy natural que sea en el origen, puede incorporar esos genes modificados y convertirse a su vez en mutante.

El anuncio de la moratoria gubernamental francesa tiene una primera consecuencia en términos europeos. Al activar la cláusula de salvaguardia –cosa que técnicamente ocurrirá cuando el ministro francés de Agricultura lo comunique a Bruselas–, Francia rehúsa aplicar en su territorio la autorización en vigor de la Comisión Europea al MON 810, y ello basándose en el principio de precaución y sobre pruebas científicas.La multinacional Monsanto puede recurrir poniendo en duda esas pruebas científicas. También la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria puede considerar que París se ha extralimitado, en cuyo caso el Consejo de la UE o la Comisión deberían pronunciarse.

Suelo libre de transgénicos

Aunque haya objeciones y salvo sorpresa de última hora, el período de siembra 2008 parece abocado a convertirse en el primero en el que el suelo francés estará totalmente libre de transgénicos comerciales. Francia se priva, por decisión propia y en nombre del principio de precaución, de una baza a menudo juzgada capital en la competición económica agrícola. En esa posición particular llegará el país a la presidencia de la UE, el 1 de julio.

En reacción al anuncio, el líder campesino ecologista francés José Bové cesó ayer la huelga de hambre que mantenía desde el 3 de enero, yexpresó su satisfacción. Exactamente en la posición inversa se situaban los partidarios de la agricultura industrial,reagrupados en torno al sindicato campesino FNSEA, que protestó por una “decisión
lamentable”.

Más surrealista fue la posición de un vicepresidente de ese lobby agroindustrial,Pascal Ferey. Tomando nota del éxito que representa esta moratoria para los movimientos ecologistas, que se destacan en Francia por sus acciones de desobediencia civil, a menudo ilegales, invitó a los seguidores de la agricultura productiva a pasar a la acción, amenazando con comprar semillas de MON 810 en el extranjero para plantarlas en Francia clandestinamente.

España suele ser el país donde los agricultores franceses compran productos prohibidos en su suelo,especialmente abonos.

La moratoria no resuelve el problema político de los transgénicos, sino que agrava el rompecabezas gubernamental parisino. Pese a la moratoria, el Ejecutivo tiene previsto incrementar los fondos destinados a las biotecnologías y, además,tiene que tramitar a primeros de febrero una nueva ley de transposición de las directivas europeas que imponen el cultivo de transgénicos, cuyo retraso le puede costar decenas de millones de euros en multas europeas.

Varios países han activado en su momento la cláusula de salvaguardia contra ciertas semillas transgénicas, entre ellos Austria, Alemania, Reino Unido y Grecia pero, a excepción del caso de Austria, en la mayoría de los casos la levantaron tras solicitarlo Bruselas.

Jacques Dandelot, segador voluntario: 'Hay un enorme tira y afloja' 

Jacques Dandelot es un segador voluntario que ha participado en numerosas acciones y coordina el Colectivo Antiorganismos Genéticamente Modificados de Toulouse, uno de los más activos.

¿Está satisfecho con la moratoria o cree que hay que ir más lejos?

La activación de la cláusula de salvaguardia es algo que reclamábamos desde hace años. En 2008, pase lo que pase, no habrá cultivo comercial de transgénicos y eso es positivo. Pero se nos viene encima la ley sobre transgénicos, que debe trasponer la directiva europea que obliga a su cultivo. Estaremos muy vigilantes antes y después de las elecciones municipales de marzo.

O sea que temen una maniobra electoralista...

No se nos escapa. El acuerdo del Grenelle del Medio Ambiente fijaba como horizonte “producir y consumir sin transgénicos”, pero poco a poco hemos visto que en el discurso gubernamental se empieza a hablar de “poder producir o consumir con o sin
transgénicos”.

¿Tienen alguna idea de por dónde va la ley?

El Gobierno está en medio de un enorme tira y afloja. El Ministerio de Agricultura escucha a los lobby, y el deEcología y Desarrollo Sostenible nos escucha algo. La realidad es que se siguen importando millones de toneladas de soja transgénica para la alimentación animal.

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